Fidel Castro dejó una huella imborrable en la historia de América Latina y el mundo, defendiendo valores humanos que definieron su política y su legado.
A lo largo de su vida impulsó políticas orientadas a erradicar la pobreza y garantizar el acceso a servicios básicos para toda la población. Su enfoque en la educación gratuita y la promoción de la salud pública son ejemplos claros de su visión de un mundo más equitativo, donde todos tuvieran la oportunidad de desarrollarse plenamente.
El 25 de noviembre de 2016 el mundo se detuvo al conocerse la noticia de su fallecimiento, un adiós que resonó no solo en la Isla, sino en todos los rincones del planeta.
Durante sus 90 años de vida brilló con luz propia y elevó el nombre de Cuba a nivel internacional. Aunque ya no se encuentra físicamente su figura sigue siendo un símbolo de la lucha por la justicia social, la igualdad y la autodeterminación de los pueblos.
Su legado perdurará eternamente en cada acción emprendida en beneficio de la humanidad. La unidad, la solidaridad y el internacionalismo son valores que cultivó a través de programas tan significativos como la Operación Milagro, que ha devuelto la vista a millones de personas en todo el mundo, y la implementación del método cubano Yo sí puedo, que ha erradicado el analfabetismo en naciones hermanas.
Fidel es sin duda sinónimo de amigo, hermano y padre. Su visión anticipada nos advirtió en la Cumbre de la Tierra de Río en 1992 sobre el grave peligro que enfrenta la humanidad debido al cambio climático, subrayando la urgencia de las medidas que debíamos adoptar para enfrentarlo.
Fidel vivirá por siempre en cada médico, campesino, maestro, obrero, hombre, mujer y niño de esta nación rebelde que se enorgullece de su Revolución. (Maykel Torres La Rosa/Radio Cadena Agramonte) (Foto: Archivo)