National Geographic, 15 dic.- La famosa creencia popular es más un juego de tu mente: lo que parece ser un crecimiento es en realidad una ilusión causada por la deshidratación y el encogimiento de la piel.
Es una de esas creencias que parecen sacadas de un libro de curiosidades espeluznantes: “El pelo y las uñas siguen creciendo después de la muerte”. Seguro que lo has oído alguna vez, tal vez en una conversación casual o incluso en una película o novela.
Es una idea que tiene algo de poético y macabro al mismo tiempo, como si ciertas partes de nosotros tuvieran vida propia incluso después de que todo lo demás ha terminado. Pero, ¿qué hay de cierto en esta afirmación? ¿Realmente el cabello y las uñas continúan creciendo cuando el cuerpo deja de funcionar?
El mito de que el pelo y las uñas siguen creciendo tras la muerte tiene una historia larga, alimentada tanto por observaciones erróneas como por el misterio que siempre ha rodeado a la muerte.
En tiempos pasados, cuando las prácticas funerarias eran menos avanzadas y los cadáveres se mantenían a menudo en condiciones más rudimentarias, quienes tenían contacto directo con los cuerpos fallecidos podían notar un fenómeno curioso: las uñas y el cabello parecían más largos de lo que estaban en vida.
Esto ocurre porque, tras la muerte, el cuerpo pasa por un proceso de deshidratación. La piel, que en vida está hidratada y tiene cierta elasticidad, comienza a secarse y a contraerse. Este encogimiento de la piel alrededor de las uñas y el cuero cabelludo puede dar la impresión de que estas estructuras han crecido. Sin embargo, esto no es un crecimiento real, sino un simple efecto óptico provocado por el cambio en los tejidos blandos del cuerpo.
Además, la falta de conocimiento médico en épocas pasadas alimentó esta idea. Antes de que entendiéramos cómo funciona el cuerpo tras la muerte, era fácil atribuir a fenómenos sobrenaturales o misteriosos cosas que hoy tienen explicaciones científicas.
Para desmentir el mito, primero necesitamos entender cómo crecen el pelo y las uñas mientras estamos vivos. El crecimiento de ambas estructuras depende de procesos celulares complejos que requieren energía, nutrientes y, lo más importante, un suministro constante de oxígeno proporcionado por el sistema circulatorio.
Micrografía óptica de un corte longitudinal de folículo piloso en un corte de cuero cabelludo.
En el caso del pelo, su crecimiento ocurre en los folículos pilosos, pequeñas estructuras en la piel donde las células se dividen activamente para formar la fibra capilar. Este proceso requiere un aporte constante de sangre y oxígeno. Las uñas, por su parte, crecen desde una región llamada matriz ungueal, situada debajo de la piel en la base de la uña. Allí, las células también se multiplican, formando las capas que conforman la uña.
Cuando una persona fallece, el corazón deja de latir y el flujo de sangre se detiene. Sin oxígeno ni nutrientes, las células del cuerpo no pueden continuar con sus funciones normales. Esto incluye a las células que producen pelo y uñas. Así que, aunque estas estructuras parecen estar "vivas", en realidad dependen totalmente del resto del cuerpo para crecer.
El mito también podría deberse a la confusión con otros procesos que ocurren justo después de la muerte. Algunas células del cuerpo pueden continuar utilizando pequeñas cantidades de energía residual durante unas horas, pero esto no es suficiente para que se produzca un crecimiento apreciable en el cabello o las uñas.
En rojo se señala la matriz ungueal de la uña.
El proceso que comienza en el cuerpo tras la muerte es conocido como descomposición, y ocurre en varias etapas. Durante las primeras horas, los tejidos blandos, como la piel, comienzan a perder su contenido de agua, lo que da lugar a la contracción que mencionamos antes. Este encogimiento expone más el borde de las uñas y hace que el pelo sobresalga más del cuero cabelludo, lo que puede dar la impresión de que han crecido.
Sin embargo, este cambio es puramente superficial. Las células responsables del crecimiento de pelo y uñas han dejado de funcionar casi inmediatamente después de la muerte, lo que significa que no se está produciendo un crecimiento real.Es importante recordar que las uñas y el cabello están compuestos principalmente de queratina, una proteína que no se descompone tan rápido como los tejidos blandos. Esto también puede contribuir a la impresión de que permanecen "vivos" más tiempo, pero en realidad son estructuras inertes desde el momento en que se forman. (Texto: Noelia Freire) (Foto: Tomada de La muerte de Marat, obra de Jacques-Louis David, en 1973 )