China, 1ro. feb.- China se ha embarcado en una ambiciosa estrategia para dejar de ser la fábrica del mundo y competir con Estados Unidos por la supremacía global. El plan “Made in China 2025”, anunciado por el presidente Xi Jinping en 2015, busca posicionar al país como líder mundial en 13 tecnologías estratégicas.
Actualmente, China lidera en cinco de ellas, incluyendo vehículos aéreos no tripulados, paneles solares, grafeno, trenes de alta velocidad y vehículos eléctricos/baterías de litio, y es competitiva en otras siete, como semiconductores, robots e inteligencia artificial (IA).
Las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados en los últimos tres años han obligado a China a invertir recursos significativos para independizar su industria tecnológica. Las prohibiciones impiden a las empresas chinas acceder a equipos de litografía avanzados y chips de vanguardia. No obstante, China sigue recibiendo chips a través de intermediarios en Malasia, Singapur e India, aunque aún está a unos cinco años de desarrollar equipos de litografía de ultravioleta extremo comparables a los de la compañía neerlandesa ASML.
El éxito de China se debe al solapamiento industrial y tecnológico, que permite la interdependencia entre empresas y tecnologías. Fabricantes de coches eléctricos como Xpeng, NIO y Geely, y productores de baterías de litio como CATL y BYD, ejemplifican esta interconexión. China ha creado varios ecosistemas tecnológicos e industriales que se fortalecen mutuamente, lo que le permite ser competitivo en múltiples sectores estratégicos, como baterías, coches eléctricos, teléfonos inteligentes, drones y robots industriales.
La alta competitividad de China en estas industrias se deriva de su capacidad para aprovechar innovaciones rupturistas y fortalecer todas las áreas con dependencia tecnológica, consolidándose como una potencia global en servicios y productos de alto valor. (Texto y Foto: Cubadebate)