La Habana, 21 may.- En el contexto del 52 aniversario del primer combate del Frente Polisario contra el puesto militar español de Janguet Quesat, el embajador de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en Cuba, Omar Bulsan, destacó la solidaridad histórica de la Isla con su pueblo y denunció las violaciones de derechos en el Sahara Occidental.
Durante una conferencia en la Casa de la Prensa este martes, el diplomático resaltó que “el cubano es un pueblo hermano a pesar de la distancia, y los saharauis nunca olvidaremos el apoyo de Cuba, su constancia y su posición local, regional e internacional en solidaridad con nuestra lucha”.
Bulsan recordó el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la RASD y Cuba en 1981 y destacó la formación académica de profesionales saharauis en la nación caribeña, impulsada por Fidel Castro: “El Frente Polisario decidió que la solución era Cuba. Cuando se sentaron con Fidel, este dijo: ‘¡tráelos para acá!’. Hoy tenemos muchos miembros del Gobierno y diplomáticos que se formaron aquí, donde fueron acogidos como hijos”, dijo.
Bulsan sostuvo que los graduados en Cuba “tienen no solo conocimientos científicos; también humanismo, cercanía, cualidades inexistentes en otros lugares”. Y refirió que allá en el desierto, ese grupo de profesionales se reconoce en un término: “¡Somos cubarahuis!”, aseguró.
Para el diplomático, este sentimiento se explica porque Cuba -ese pequeño país del Craibe, asediado constantemente por la mayor potencia del mundo y que al igual que el pueblo saharaui conoce el valor de la resistencia- abrió para ellos tres escuelas en la Isla de la Juventud. Más tarde, aliado con su amigo Hugo Chávez, Fidel Castro coordinó la apertura, en plena arena del desierto, de la escuela Simón Bolívar, donde los adolescentes harían su preuniversitario para formarse en nuestro país, recordó.
En ameno debate con los periodistas prensentes, Bulsan repasó la lucha del Sahara Occidental desde la época colonial, destacando el nacimiento del Frente Polisario el 10 de mayo de 1973 tras la represión española de 1970, que incluyó la desaparición del líder Sidi Brahim Bassiri. “Con el fusil arrebataremos la libertad”, fue el lema que guio el ataque a Janguet Quesat, considerado el “bautismo de fuego” de la resistencia. Denunció la posterior ocupación marroquí y mauritana, respaldada por potencias como Francia y Estados Unidos, y criticó el uso de “napalm y fósforo blanco” contra civiles, así como el desplazamiento forzado a campamentos en Argelia.
El embajador señaló que el interés en los recursos minerales y pesqueros del Sahara Occidental motiva la ocupación: “Es el interés de apartar a ese pequeño pueblo del medio para apropiarse de sus riquezas”, dijo al enumerar recursos como fosfato, petróleo, gas natural, uranio, oro, diamante, mármol… y uno de los más ricos bancos de peces del mundo.
Aunque la RASD fue reconocida por la ONU y logró acuerdos de paz parciales, Marruecos lleva años bloqueando el referéndum de autodeterminación para que los saharauis decidieran su futuro y este “nunca se ha llevado a cabo”. ¿La razón? “Marruecos y las potencias saben que se votaría por la independencia”, sentenció.
El diplomático denunció el papel de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuyo “poder de imposición a terceros” explicaría por qué, a pesar de que la RASD es Estado fundador de la Unión Africana y reconocida como entidad separada de Marruecos por instancias como el Parlamento Europeo, “el país no haya conseguido hacer tal consulta popular”.
La situación se agravó cuando, durante la pandemia de COVID-19, Marruecos violó el alto al fuego, lo que obligó al Frente Polisario a retomar las armas. Bulsan subrayó que los saharauis han enfrentado “traiciones reiteradas”, incluido el cambio de postura de España, que ahora “prefiere una autonomía del Sahara Occidental bajo dominio marroquí”.
Aunque el derecho internacional respalda teóricamente a la RASD, el embajador criticó que “la ambición de los poderosos” haya priorizado negociaciones con Marruecos sobre los recursos naturales saharauis, complicando el conflicto.
Más allá de los intereses económicos, Bulsan recordó el costo humano: miles de desaparecidos, torturados y asesinados, entre los que se incluyen miembros de su propia familia, así como desplazados forzosos y condenados injustamente. “Estas víctimas son el rostro de una invasión que busca silenciar a un pueblo para robarle su tierra”, concluyó.
Bulsan, también periodista, enfatizó el rol de los comunicadores como “ejército de la verdad” frente al “manto mediático de las corporaciones occidentales”. Agradeció los acuerdos con instituciones cubanas como el ICRT, Prensa Latina y la UPEC para combatir la desinformación. Al finalizar, obsequió un bolígrafo a los colegas presentes como símbolo de la lucha por “escribir la verdad”. El bolígrafo necesario para vencer en la guerra de la desinformación que enfrentan tanto Cuba como la RASD.
Como parte del evento, se inauguró la exposición “RASD: La libertad en las arenas”, con imágenes captadas por periodistas de Prensa Latina en el Sahara Occidental.
Ricardo Ronquillo, presidente de la UPEC, subrayó los lazos entre ambos pueblos: “Queremos ayudar a poner la causa saharaui en el lugar que merece en las luchas del mundo”.
Bulsan cerró con un gesto simbólico: colocó una banda con las banderas de Cuba y la RASD sobre Ronquillo, reafirmando una hermandad que, como dijo, “se siente en el alma desde Pinar del Río a Guantánamo”.
La exposición permanecerá abierta al público en la Casa de la Prensa, en La Habana, como testimonio visual de la resistencia saharaui y su vínculo con Cuba. (Texto y Foto: Cubadebate)