Moscú, 1 jun.- Estados Unidos no busca un conflicto con China, pero está dispuesto a luchar y ganar si falla la disuasión, afirmó el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en el foro Diálogo de Shangri-La en Singapur.
Hegseth enfatizó que el Indo-Pacífico es un teatro prioritario, vinculando la seguridad y prosperidad de EE.UU. con la de sus aliados. Advirtió severamente que China se prepara creíblemente para utilizar la fuerza militar y alterar el equilibrio regional, destacando que un intento contra Taiwán tendría consecuencias devastadoras globales.
"No buscamos el conflicto con la China comunista, […] pero no nos dejaremos expulsar de esta región crítica y no permitiremos que nuestros aliados y socios sean subordinados e intimidados", afirmó.
"Si la disuasión falla —y si el comandante en jefe lo solicita— estamos preparados para hacer lo que el Departamento de Defensa hace mejor: luchar y ganar, decisivamente".
La visión estadounidense para la región, según Hegseth, se basa en el sentido común y los intereses nacionales, promoviendo la cooperación sobre la base de la soberanía y el comercio y sin guerra. Para restablecer la disuasión, EE.UU. trabaja en fortalecer las capacidades defensivas de aliados y reconstruir las bases industriales de defensa, así como mejorar la postura de las fuerzas avanzadas propias, afirmó.
Además, subrayó que, gracias al liderazgo del presidente Trump en el fortalecimiento de la autodefensa de aliados europeos, EE.UU. puede destinar más recursos al Indo-Pacífico. "Esto nos permite a todos beneficiarnos de la paz y la estabilidad que conlleva una presencia estadounidense duradera y sólida aquí, en la región del Indo-Pacífico", afirmó.
Taiwán se autogobierna con una administración propia desde 1949, mientras China la considera como parte irrenunciable de su territorio. Según el gigante asiático, "EE.UU. debe dejar de explotar la cuestión de Taiwán para contener a China".
Además, Pekín ha declarado en varias ocasiones que Washington es el mayor destructor de la paz y la estabilidad en la región del mar de la China Meridional, que sigue siendo objeto de reclamaciones territoriales y marítimas, además de ser crucial para la economía global.
Aunque admite que Taiwán pertenece a China y evita relaciones oficiales con Taipéi, EE.UU. lleva suministrándole armamento desde 1979, siendo hoy su mayor proveedor con planes de aumentar los envíos.
Este contexto de fricción se ve agravado por los continuos ejercicios conjuntos de EE.UU. con sus aliados de la región, que llevan a más pruebas y ejercicios por parte de Corea del Norte. (Texto y foto: RT)