Por Gilberto Rodríguez Rivero/colaborador de Radio Cadena Agramonte
No es hoy una fecha más. Para Cuba suele fijar emociones, resaltar sentimientos. Y no es tampoco cualquier día, porque marca y porque incita. Llama a no doblegar rodillas, a no claudicar jamás.
Es también un canto permanente de lucha y de victoria.
Este 13 no es simbólico, pero desborda simbolismo. Hace 99 años un sencillo pueblo holguinero, Birán, pasó a la historia; allí nació un líder, uno que supo echar raíces, abonar un país y hacerlo suyo.
Un líder que fue íntegro, consagrado, que convirtió a una pequeña isla del Caribe en una prueba de cuanto se puede cuando un pueblo traza sus propuestas y cose con hilos propios su tejido social.
Nos hizo ser más internacionalistas y a llenar de amor y solidaridad a muchos rincones del mundo.
Le puso voz, con sello único, a una nación.
Hombre hecho de carne y acero, de verbo transparente y seductor. Defensor de las causas nobles, porque noble era su alma; consigo llevó las excelencias de un genial estadista.
Cada 13 de agosto invita al homenaje y a la reflexión, a pensar y repensar qué hizo y qué debemos hacer en los momentos más difíciles de la Patria.
Su semilla se esparció, los detractores intentan satanizarlo pero su obra los aplasta.
Y como dijera el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Fidel es Fidel, porque vibra en la montaña como el gigante que es.