
Eliberto Donet Carrillo siempre ha sentido una conexión especial con los números. Desde pequeño, participó en concursos que marcaron su inclinación por las matemáticas. Aunque en un principio optó por estudiar ingeniería, fue en la docencia donde encontró su verdadera vocación. Comenzó su carrera como profesor en el municipio de Minas y posteriormente se incorporó a la Vocacional Centro, donde aún ejerce su labor.
Para él, desempeñarse como docente tiene un significado muy profundo. Desde 1984, ha dedicado su vida a preparar estudiantes para concursos y a participar en olimpiadas de matemáticas, logrando obtener diversas medallas que llenan de orgullo y satisfacción. A lo largo de su trayectoria, ha aprendido mucho de la isla, enriquecido por las enseñanzas de colegas y, sobre todo, por sus propios alumnos. Esto lo ha convertido en una mejor persona y en un referente en la comunidad educativa.
Durante 45 años, Eliberto ha entregado su pasión y conocimiento en la Escuela Vocacional de Ciencias Exactas. Su aula es un espacio mágico donde los números cobran vida. Con una voz pausada y una mirada llena de entusiasmo, inspira a sus estudiantes a mirar más allá de las fórmulas, a descubrir la belleza en cada ecuación. A lo largo de su carrera, ha guiado a numerosos alumnos hacia el éxito en concursos matemáticos, consolidándose como un referente en el ámbito educativo.
El secreto de su éxito radica en el amor que siente por su profesión, en la dedicación a sus estudiantes y en su deseo de que puedan aplicar los conocimientos adquiridos en el futuro. Para él, la mayor recompensa es ver cómo sus alumnos crecen y se desarrollan. Por eso, se toma el tiempo de conocer a cada uno, identificando sus fortalezas y áreas de mejora. No solo les enseña a resolver problemas, sino también a pensar críticamente y a disfrutar del proceso de aprendizaje. Muchos lo recuerdan con gratitud y algunos regresan años después para agradecerle el impacto que tuvo en sus vidas.
Este año, Eliberto se prepara para un nuevo desafío: viajar a Chile con cuatro de sus estudiantes, quienes han sido seleccionados para participar en un prestigioso concurso internacional. La emoción lo embarga, consciente de que esta es una oportunidad única para sus educandos. Él está decidido a hacer que cada momento cuente y que esta experiencia sea inolvidable.
Para Eliberto, su labor como educador trasciende la enseñanza de cifras, se trata de cultivar sueños y formar personas. Con 45 años de experiencia sigue enamorado de su trabajo. Cada día en el aula representa una nueva oportunidad para seguir compartiendo su pasión por las matemáticas y su compromiso con sus estudiantes.
Como los números en una secuencia infinita, su amor por la enseñanza continúa creciendo, impulsado por la convicción de que su labor deja huellas imborrables en quienes aprenden de él. (Texto y foto: Zenia Donet García/Radio Cadena Agramonte)