Antártida, 7 sep.- El iceberg A23a, antaño el más grande del mundo, ha acelerado su proceso de fragmentación y podría desaparecer completamente en las próximas semanas.
Tras desprenderse de la Antártida hace 40 años, se desplazó a la deriva hacia el norte durante décadas, y al inicio de este año medía unos 3 300 kilómetros cuadrados, aproximadamente el mismo tamaño que la isla española de Mallorca. Ya el pasado agosto su tamaño se había reducido a menos de la mitad.
La transición del'megaiceberg hacia el Atlántico sur ha alertado a pequeños barcos que navegan en la zona. En semanas recientes, pedazos de hasta 400 kilómetros cuadrados han abandonado la enorme masa de hielo y podrían causar daños notables a las embarcaciones. Alrededor de marzo arribó a aguas poco profundas cerca de las islas Georgias del Sur, poniendo en riesgo a grandes poblaciones de pingüinos y focas que alimentan a sus crías en el área.
Los desprendimientos de icebergs forman parte de un proceso natural, pero la comunidad científica advierte que el ritmo al que estos se producen ha aumentado en los últimos años debido a los cambios climáticos inducidos por la actividad humana.
Tras desprenderse de la Antártida en 1986, el A23a se atascó por más de 30 años en el mar de Weddell, pero en 2020 empezó a flotar hacia el Atlántico sur a través del llamado “callejón de los icebergs”, arrastrado por la corriente circumpolar antártica.
"Diría que está en pleno proceso de extinción… básicamente se está pudriendo por debajo. El agua está demasiado caliente para que se mantenga. Se derrite constantemente", explicó a AFP el oceanógrafo físico Andrew Meijers, de British Atlantic Survey, añadiendo que "esto continuará en las próximas semanas y dentro de unas semanas ya no será realmente identificable". (Texto y Foto: Cubadebate)