Ríe muy poco, mientras en la escuela los compañeros del aula salen en tropel al receso, él prefiere quedarse tranquilo en su puesto, casi ausente; baja la cabeza y aprovecha para soñar con los abrazos y cariños que hace mucho no ve en el hogar.
Resulta entendible que tenga muchas dificultades para dormir, problemas de concentración y bajo rendimiento escolar; a veces no reacciona de las maneras más apropiadas porque el mundo más cercano está marcado por la violencia de género.
Este es un flagelo presente en las sociedad del cual no está exento Cuba, un país de arraigo machista donde se ven cambios importantes en su enfrentamiento relacionados con el derecho de las niñas, las mujeres y personas con diversas orientaciones sexuales, muestra de ello es la Constitución de la República, del año 2019, el Código Penal y el de las Familias.
En el Artículo No.43 de la Carta Magna antillana se que “El Estado propicia el desarrollo integral de las mujeres y su plena participación social. Asegura el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, las protege de la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones y espacios, y crea los mecanismos institucionales y legales para ello”.
En tanto, en la Ley No.151 del 2022, por vez primera sanciona a las personas involucradas en delitos relacionados con violencia de género, familiar y acoso y apuesta por instrumentar varias herramientas importantes en el tratamiento a la problemática de la violencia.
También el Código de la Familia, aprobado en el año 2022, representa un acontecimiento no solo en términos de variedad familiar, también es una herramienta para proteger a aquellas personas que sufren violencia de género.
? Una niña que nace hoy llega a una encrucijada en la historia.
— ONU Mujeres (@ONUMujeres) September 27, 2025
Podemos elegir un mundo donde quede atrapada en la pobreza o un mundo que garantice sus derechos y abra el camino hacia su futuro.
La decisión está en nuestras manos.#PorYParaTodas las mujeres y niñas. pic.twitter.com/sqXkczakOM
Pero que existan las normas no significa que el mal desaparezca, corresponde en primera instancia educar a la sociedad toda en respuestas basadas en el respeto, el amor y los afectos, pues lo ideal sería no tener que aplicar ninguna sanción por motivos de violencia, pues la realidad es que estas dejan huellas que van siempre más allá de lo físico.
En ese camino la Federación de Mujeres Cubanas en toda la isla, incluido Camagüey, desempeña un rol importante para formar en la población valores que lleven siempre a la paz y convivencia armoniosa; además de proteger a las víctimas y lograr entornos libres de violencias machistas.
También aportan los medios de comunicación mediante la difusión de contenidos que sirvan como guías de entornos saludables y que también sirvan para denunciar las múltiples formas en la que se presentan las expresiones de violencia basadas en género.
El escritor Eduardo Galeano lo definió muy bien: “El miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”.
Cuba, como todo el orbe, tiene por delante un arduo trabajo para desterrar toda forma de violencia de la sociedad… un andar que ya lleva pasos adelantados y que requiere de la cooperación de todos; solo así las infancias estarán en escenarios donde prime el respeto y el amor. (Texto: Roger Ariel Díaz Sánchez/Radio Cadena Agramonte) (Foto: Internet)