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Unidos por el amor y los ideales


Por Yamylé Fernández Rodríguez/ Radio Cadena Agramonte.

Chucha y Amador, unidos por el amor y los ideales. (Foto: Gualveris Rosales Sánchez).
Chucha y Amador, unidos por el amor y los ideales. (Foto: Gualveris Rosales Sánchez).A María Josefa Rodríguez Bedo y a Amador Fernández Fernández los unió, hace 56 años, el amor y la igualdad de ideales.

Desde entonces siempre estuvieron juntos; lo mismo en instantes tan buenos como el nacimiento de sus hijos que en momentos tan peligrosos como las acciones de la clandestinidad durante los años cincuenta en Camagüey.

Luego de varias décadas de la Huelga General Revolucionaria del 9 de abril, convocada por el Movimiento 26 de Julio, María Josefa (Chucha) evoca el difícil ambiente de aquellos días:

“Un día estábamos comiendo en casa cuando llegaron unos policías y nos dijeron a mí y mi hermana más pequeña que debíamos acompañarlos a la estación. Al salir nos estaban esperando en el carro ocho policías con armas largas”.

“En la estación de policía en la calle Avellaneda, en la ciudad de Camagüey, se nos acercó uno de ellos y nos dijo que lo que andaban buscando era la circulación de un carro que utilizábamos en las actividades revolucionarias”.

“Yo tenía la circulación del auto. Me paré disimuladamente, fui a una máquina dispensadora de Coca Cola, cogí un refresco y me tragué el papel sin pensarlo dos veces”.
 

Amador Fernández Fernández es un hombre sencillo que ha trabajado incansablemente en el proceso revolucionario cubano. (Fotos Gualveris Rosales Sánchez).El 9 de abril de 1958 Amador Fernández y su esposa Chucha no dudaron en sumarse junto con el hoy mártir camagüeyano Tato Rodríguez Bedo y otros compañeros de la clandestinidad, al llamado de Huelga General Revolucionaria que se extendió por todo el país.

“Nos habíamos preparado para ese día. Estábamos esperando armas, pero como no pudieron llegar hubo que suspender el acuartelamiento; por eso nuestra participación en la huelga fue muy efímera y hubo levantamientos más fuertes en otros territorios”.

“La acción de la planta eléctrica estuvo entre las más importantes en Camagüey, que se llevó a cabo con las pocas armas que contábamos, encabezada por el compañero Tony Ginestá”, recuerda Amador.

La participación constante de mujeres como María Josefa Rodríguez Bedo en la lucha clandestina durante la década del ´50 en fue de gran significación para el movimiento revolucionario en Camagüey y así lo reconoce su esposo Amador.

“En aquellos momentos ella significaba mucho. Los esbirros por lo general eran más condescendientes con las mujeres y eso lo aprovechábamos para que ellas transportaran armas debajo de sus sayas, que eran muy anchas en ese tiempo”.


María Josefa, más conocida por Chucha, siempre tiene presente a su hermano Tato Rodriguez Bedo, quien fue asesinado por los esbirros de Batista en 1958 cuando sólo tenía 19 años. (Fotos Gualveris Rosales Sánchez).“Recuerdo un día que había recogido unos peines de pistolas para el Movimiento 26 de Julio y la policía detuvo el carro en que íbamos para revisarnos. Inmediatamente ella, que estaba embarazada, me los pidió y se los puso debajo de su bata de maternidad y por suerte no la revisaron”.

Aunque la Huelga no consiguió derrocar a la tiranía batistiana, mostró una vez más la irreductible decisión de lucha y sacrificio de nuestro pueblo revolucionario y su voluntad de victoria.

Chucha y Amador continuaron activos dentro de la clandestinidad en Camagüey; luego en importantes tareas al triunfo de la Revolución como la Campaña de Alfabetización y la organización de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), en el caso de ella; él en Salud Pública, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y el Poder Popular. Ambos, unidos siempre por el amor y la igualdad de ideales.

 


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