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En Jaronú, Esmeralda: huellas del terrorismo


Por Dainel Matías Cervantes y Néstor Reina Marichal/ Radio Esmeralda.

El amanecer del 8 de septiembre de 1963 resultó inesperado en el Batey Jaronú, hoy Consejo Popular Brasil, perteneciente al municipio camagüeyano de Esmeralda.

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Un estruendo proveniente de las cercanías del ingenio,  despertó sobresaltado al pueblo, según relata Héctor Antonio Smith, testigo del hecho.

“El avión entró al amanecer con rumbo norte, pasó por arriba de todo el ingenio, por un lugar que le dicen La Cochiquera. Recuerdo que ya en casa estábamos preparándonos para ir a trabajar y sentimos unas explosiones muy grandes, y entonces le digo a mi mujer: Vieja parece que están bombardeando el ingenio ¡Corre!

Y ciertamente era como suponía Smith. Una avioneta procedente de Estados Unidos, penetra en el territorio y la divisa un miliciano de apellido León, de guardia en el ingenio, quien al detectarla rápidamente hizo unos disparos y retira el servicio eléctrico.

“El piloto al verse descubierto empieza a lanzar bombas que cayeron a la salida del ferrocarril que va para una colonia que se llama Guanamaca”, continúa narrando Smith.

Luis Viera, nombre del piloto de la antigua compañía norteamericana dueña del central Jaronú, se desorienta, y decide salir lo más rápido posible de su carga mortífera consistente en cinco bombas de 50 libras cada una, y enfila el rumbo hacia el norte.

Mercedes Pérez, también testigo del hecho, nunca ha podido olvidar ese terrible momento.

“En mi casa todo fue una tremenda confusión, yo tenía 13 años y mi hermano 8, rápidamente mi papá y mi mamá se lanzaron sobre nosotros para protegernos, nos llevaron para el cuarto de ellos, nos tiraron en el suelo y nos pusieron el colchón encima; mi papá nos dijo que no tuviéramos miedo y que nos quedáramos ahí, que no saliéramos,  y él se fue porque era miliciano.

“Yo me quedé muy alterada dando gritos, y me abracé de mi hermanito que era el más chiquito y que yo quería proteger. Me traumaticé mucho; cuando mi papá regresó cuando todo se normalizó yo quedé muy alterada, le cogí un tremendo terror a los aviones, cuando sentía uno me lanzaba para el patio a dar gritos y a pedir auxilio, ese trauma me duró casi un año”.

El acto  perpetrado en el otrora Batey Jaronú; hoy Consejo Popular Brasil, perteneciente al municipio camagüeyano de Esmeralda, es la muestra de que el terrorismo de Estado ha sido y es práctica del gobierno de los Estados Unidos que continúa con sus sueños de arrebatarnos la soberanía.

La impotencia imperial  no cesa y por ese camino del odio y el ensañamiento contra el mayor archipiélago de Las Antillas, descargó su rabia, hace 13 años contra cinco hombres que no  buscaban información ni obtuvieron datos de seguridad sobre el norteño país.

Antonio, Ramón, Fernando, René, y Gerardo, guardan injusta prisión porque, en nombre de su pueblo, decidieron combatir la muerte, la misma que el 8 de septiembre de 1963 pretendió ensañarse en tierras camagüeyanas.


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