Por Argentina Montalván Barranco.
La presencia de Cándido González Morales está viva en cada camagüeyano, en cada cubano, en cada lucha y en la primera línea de combate, como expresión consecuente de que Cuba nunca se doblegará; y es precisamente así como él quería que lo recordarán.
Desde temprana edad se destacó por su entusiasmo, y su rebeldía ante lo mal hecho. Lucha por rescatar los símbolos patrios y elevar el nivel y la moral de la enseñanza.
En una carta escrita a su madre y hermana plantea que ”... La vida no tiene sentido si no se lleva con honra y dignidad... Jamás claudicaré. Es mejor vivir, vivir para la eternidad, después del deber cumplido, que vivir sin decoro...”
De estirpe revolucionaria y antimperialista, la honradez fue una virtud que lo caracterizó. Fue fundador del Movimiento 26 de julio y difusor de “La Historia me absolverá”, en Camagüey.
El Comandante Che Guevara evocó a Cándido como un revolucionario sin tacha, y así lo recordamos hasta hoy: valiente, activo, decidido, generoso, aguerrido, símbolo imperecedero de la patria que soñara el Héroe Nacional cubano José Martí.