Radio Cadena Agramonte emisiora de Camagüey
Cortesía de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey
Se cumple un aniversario más del natalicio del historiador Gustavo Sed Nieves. Puede que en su caso, como en el de otras figuras memorables, se hable más del aniversario de su deceso, que de su cumpleaños. Tratándose de él, uno encuentra cierta lógica. Sucede que, de un modo que podría considerarse mítico, el genial intelectual camagüeyano falleció cuando la antigua Villa de Santa María del Puerto del Príncipe -hoy Camagüey- arribaba a un nuevo aniversario de fundada.
Hay quienes han llegado a pensar que aquel 2 de febrero de 2000, terminó ofrendándole su propia vida.
Lo que no constituye un secreto para nadie es que Gustavo vivió y murió dedicado por completo a la ciudad, a su esencia histórica y concreta. Tal vez no ha habido otro pensador que pudiera definir mejor a Camagüey en su devenir.
Pero lo más importante es que en medio de la vida y la muerte de Gustavo, tan necesaria aquella como inevitable esta, se manifestó siempre el amor como una fuerza de vitalidad sin fin, el amor a una identidad, a una definitiva manera de ser, de conformarse y perdurar a través del tiempo.
Esa pasión por lo auténtico de nuestra historia, de nuestra idiosincrasia, se reflejó en el mismo de tal modo que se ha convertido en una parte imprescindible de nosotros. Lo que hemos sido, somos y seremos, tiene mucho de Gustavo Sed Nieves.
Más allá de la formalidad de una conmemoración por su natalicio, en cada gesto de amor que Camagüey reciba de nosotros, nace y vive Gustavo nuevamente.
