Santiago de Chile, 11 mar.- Acaba de recibir la banda presidencial de manos de la titular del Senado, Isabel Allende, en un acto lleno de simbolismo, pero Michelle Bachelet sabe que carece de tiempo para la luna de miel con Chile.
Tal vez por esta razón, funcionarios de su Gabinete se quedaron en esta capital en lugar de ir a Valparaíso, la sede del Congreso Nacional, para minutos después de la ceremonia de asunción, tomar posesión de los respectivos ministerios.
Muy emocionada, conteniendo las lágrimas, Bachelet se dio un abrazo histórico con Isabel Allende, la hija del extinto Salvador Allende.
No hay tiempo que perder, ni un minuto, Michelle Bachelet ha sido determinante en sus propósitos: su administración comienza este mismo martes, reveló a Prensa Latina una fuente cercana al nuevo Gobierno.
Con más de un 60 % de popularidad y una experiencia anterior al frente del Palacio de La Moneda (2006-2010), enfrenta de inicio el supuesto legado impecable que se ha esmerado en proyectar el saliente mandatario, Sebastián Piñera.
El centroderechista Piñera no ha perdido oportunidad para desbarrar de la gestión anterior (precisamente de Bachelet) y mostrar un panorama rosado del balance de sus cuatro años de labor, con la evidente mirada hacia los futuros comicios.
Médico cirujana especialista en Pediatría, con 62 años de edad y una sonrisa bondadosa, se enfrenta al reto de hacer valer sus promesas electorales que le dieron una cómoda victoria con un porcentaje de popularidad sin precedentes.
En lo interno, Bachelet aspira a diseñar una nueva Carta Magna, a través de un plebiscito o una Asamblea Constituyente, como dijo la joven diputada Camila Vallejo; reformar la Educación y elevar los impuestos.
La alianza Nueva Mayoría, que la llevó al poder, cuenta con 67 diputados, de un total de 120, y 21 senadores de 38, mientras la derecha obtuvo 49 y 15 escaños, respectivamente. El resto son independientes.
No podemos aspirar a ser un país desarrollado con lagunas en la preservación del medio ambiente, en el respeto efectivo a los trabajadores, la protección a los niños, mejor salud y un desarrollo económico inclusivo, reflexionó Bachelet.
Nuestro programa recoge un Chile que cambió y que demanda mayor calidad de vida y la urgencia de enfrentar la desigualdad, adelantó la política de filiación socialista y presenta un Gobierno de coalición amplia con la Nueva Mayoría.
En política exterior, la Jefa de Estado adelantó que enfocará su trabajo con la Alianza Pacífico en el tema comercial con Asia; con la voluntad, al mismo tiempo, de consolidar lazos con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Igualmente, pondera la relevancia de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y del MERCOSUR.
De acuerdo con su canciller, Heraldo Muñoz, la mandataria tiene el deseo de recomponer los lazos con América Latina y el Caribe, en particular con su vecino Brasil; y lograr vínculos normales con Venezuela.
Los cabildeos diplomáticos ya comenzaron con Dilma Rousseff, la jefa de Estado brasileña, quien dialogó con Bachelet, a quien espera invitar al gigante sudamericano, poniendo fin al enfriamiento de los lazos bilaterales.
El encuentro fue todavía más fructífero. Chile anunció que incorporará a un diplomático de Brasil a su misión ante el Consejo de Seguridad de la ONU que integra desde enero como miembro no permanente.
Hemos ofrecido que un diplomático brasileño esté en la misión de Chile en la ONU mientras estemos en el Consejo de Seguridad. En otras palabras, Brasil tendrá acceso por la vía de la misión de Chile al Consejo de Seguridad, indicó Heraldo Muñoz. (PL) (Foto: TeleSur.)