Por Rolando Sarmiento Ricart/Colaborador de Radio Cadena Agramonte.
El acuerdo de siete bases militares USA en Colombia, suscrito en el 2009 por el ex presidente Álvaro Uribe y el mandatario estadounidense Barack Obama, so pretexto de combatir con mayor eficacia el narcotráfico, continúa siendo un peligro para la paz en la región y una punta de lanza para una presunta invasión a Venezuela.
Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador de Caracas, acaba de revelar algunas pruebas de la complicidad del embajador de los Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker, confabulado con la oposición venezolana para derrocar la Revolución bolivariana y ejecutar el magnicidio del presidente Nicolás Maduro, en plena puja electoral colombiana por dos tendencias opuestas: la paz que proclama Juan Manuel Santos, y la guerra que enarbola el aspirante presidencial y aventajado de la primera vuelta, Oscar Iván Zuluaga.
Ambos ocuparon responsabilidades en el Gobierno de Uribe: Santos, fue ministro de Defensa, y Zuluaga desempeñó diferentes cargos políticos; sin embargo, el actual Presidente colombiano propició y apoya el diálogo por una paz duradera que sostienen en La Habana, Cuba -país mediador- representantes gubernamentales de esa nación, con jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), organización guerrillera que ha enfrentado a 13 gobiernos consecutivos desde su constitución, hace medio siglo.
En conferencia ofrecida en la capital cubana, el comandante de la FARC-EP, Iván Márquez, manifestó que la paz en su país debe asumirse como una política de Estado, por una nueva Colombia, sin guerra y con justicia social.
Mientras los partidarios de Santos suman tendencias diferentes en pos de la paz y esperan el despertar popular sumido en un alto abstencionismo de la primera vuelta electoral, Zuluaga promete acabar con la histórica guerrilla y continuar con ese estado de inseguridad y miedo ciudadanos, confiado, quizás, en la sutil escalada imperial para matar dos pájaros de un tiro: la FARC-EP y Venezuela.
¿La bala o el diálogo? ¿La muerte o la vida? Esas son las cuestiones que van a las boletas el próximo 15 de junio. Esperemos que la sensatez triunfe, que el mal sea derrotado para el bien de la América toda. (Foto: PL)