Por Yadira Núñez Figueredo/Radio Cadena Agramonte.
Durante más de 20 años el camagüeyano Orelbis Rodríguez Martínez dedicó su vida a la reparación de calzados y artículos de uso cotidiano como carteras, maletines y bolsos.
Pero los estragos de la COVID-19 inclinaron el rumbo de su labor como trabajador por cuenta propia hacia la elaboración de implementos de gran utilidad para los estudiantes de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Cerro Pelado.
¿Cómo comenzó en este quehacer?
“Desde hace 28 años me dedico al trabajo por cuenta propia y a raíz de la COVID-19 se me presentó la oportunidad de reparar implementos deportivos a partir de un contrato de trabajo con la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Cerro Pelado en la provincia de Camagüey.
Específicamente para ese centro realizo servicios de reparaciones totales y parciales a diferentes implementos de uso docente-deportivos que estaban inutilizados. Hasta la fecha he reparado varios petos de taekwondo, lonas de colchones de lucha, camas elásticas, protectores de karate, así como plastrones de esgrima que son indispensables y que estaban deficitarios en el sistema de enseñanza deportiva, debido al impacto del bloqueo norteamericano”.
¿Cómo sortea las limitaciones económicas para conseguir las materias primas que necesitas?
“La compra de estos implementos le cuesta a nuestros país millones de dólares o cualquier otra divisa internacional. Por ejemplo, un peto para taekwondo puede costar hasta 160 euros aproximadamente, una cama elástica hasta 490 euros, un protector de kárate 75 euros y un colchón de lucha está en el orden de los 700 euros. Entonces con muchos esfuerzos la escuela logra garantizar muchos de los materiales que se necesitan para alargarles la vida útil a esos utensilios, aunque algunos por el elevado grado de deterioro requieren de una reparación total”.
¿Cuánto le satisface contribuir con esta labor a la sustitución de importaciones?
“Yo nunca he podido practicar deportes debido a una enfermedad que padezco, sin embargo he aprovechado esta oportunidad para contribuir a preparación de los futuros atletas camagüeyanos. En realidad me siento muy orgulloso de realizar esta labor porque ciertamente considero que el ahorro de recursos es significativo, teniendo en cuenta que la mayoría de los materiales como lonas, pegamento de contacto, hilos, esponjas, tornillos, madera y puntillas que utilizamos es de producción nacional y brindan un gran beneficio social”.
La reparación y producción de implementos deportivos no solo constituye una opción de empleo para el camagüeyano Orelbis Rodríguez Martínez, su labor cobra valor agregado beneficio social y aporta sobremanera a la sustitución de importaciones para mantener la vitalidad del deporte como una de las principales conquistas de la Revolución. (Fotos: de la autora).
