Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz en Camagüey el 26 de julio de 1977, en celebración del 24 aniversario de los asaltos a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Fragmento del discurso: "Los que creen en el mundo que las revoluciones pierden el entusiasmo de los primeros tiempos, tenían que haber venido a Camagüey en estas semanas pasadas, tenían que ver este acto para persuadirse de que las verdaderas revoluciones no pierden el entusiasmo de los primeros tiempos, de que en las verdaderas revoluciones, aparte de la mayor conciencia, mayor organización, el entusiasmo también crece, parejamente a la confianza de las masas, al mayor conocimiento de todos los problemas y a la seguridad que tienen en sí mismas. Porque las revoluciones a todos nos enseñan mucho, y nos enseñan cada día algo nuevo".