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Cuba, Ernesto Guevara de la Serna, Legado

Ser como el Che


Por Rosa María Moros Fernández/Radio Cadena Agramonte

A profundizar en el pensamiento y la obra del Guerrillero Heroico, cuyos postulados mantienen plena vigencia en nuestros días, estamos llamados los cubanos por lo abarcador y trascendente de su legado.

Y es que en el Comandante Ernesto Guevara de la Serna se conjugan de forma ejemplar: el revolucionario cabal, el defensor de las causas justas, el combatiente y dirigente capaz, con el intelectual de pensamiento económico profundo, objetivo, útil ante cada proyecto, interrogante o duda.

Desde su perspectiva renovadora y audaz, concibió la construcción del socialismo no solo como un asunto de producir y distribuir riquezas, sino como una cuestión de educación y de conciencia, en la que el hombre es punto de partida y destino de todo cuanto se proponga la sociedad.

De ahí que de la visión ética del Che emergiera con fuerza la concepción del Hombre Nuevo, que debía ser formado para asumir los retos de las generaciones continuadoras del proceso revolucionario liderado por Fidel.

No se trataba de individuos perfectos en abstracto, sino de seres humanos que, con sus virtudes y defectos, se convirtieran en artífices de su propio destino y por ende de la sociedad.

Cinco décadas y media median desde la caída del Che en Bolivia a la fecha; y sin embargo, sus concepciones sobre la nueva generación, en tanto proyecto de perfeccionamiento humano, mantienen plena vigencia.

La impronta del Guerrillero de las Américas está en cada reto planteado, en cada estrategia para materializarlo, en cada acto de justicia social donde, más allá de credos, razas y fronteras, el hombre es hermano, y no lobo del hombre. 

Se traduce en el protagonismo de la juventud cubana en las tareas de impacto de cada momento histórico concreto, en los ámbitos político, económico, de la defensa, o de mejoramiento social. 

Esa novel generación nunca ha defraudado las expectativas  que en ellos tuvo el Che. En la multifacética literatura de su autoría, discursos, epistolario, hasta su postrer Diario de la guerrilla en Bolivia, late el humanismo y la solidaridad de quien consagró todas sus energías a luchar por un mundo mejor, objetivo que han asumido como propios millones de cubanos y latinoamericanos en los últimos 55 años.

Durante esas décadas los pioneros en las escuelas juraron ser como el Che; y aún cuando es casi imposible alcanzar su inmensa estatura, para suerte de quienes vivimos en la isla grande del Caribe, América o el mundo, cada 8 de octubre volvemos la mirada hacia el Guerrillero Heroico, como paradigma de proyección universal. (Foto: Cubadebate)

 


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