Atrapada por la frescura de los besos que las olas del mar depositaban en sus mejillas, Elizabeth Lemes Alvarez era una niña muy curiosa desde pequeña. Soñaba con conocer las profundidades marinas con total plenitud, anhelando ser bióloga marina para poner en práctica sus dotes de nadadora.
Su curiosidad era insaciable, y crecer entre adultos solo amplió su sed de conocimiento. Admiraba profundamente a su madre, una bióloga que llenó sus días de maravillas, inculcándole fidelidad a sus principios y valores.
Con el paso del tiempo, Elizabeth se transformó en una estudiante universitaria de Periodismo, cursando el tercer año y a un paso de graduarse, saboreando las experiencias que el camino le ofrecía.
“El periodismo llegó a mi vida por casualidad; no estaba en mis planes iniciales. Quería ser cirujana o bióloga marina, pero una charla en mi escuela durante el duodécimo grado cambió todo. Al comentárselo a mi madre, ella me habló sobre la carrera y decidí intentarlo. El día del examen fue intenso; mi madre, nerviosa y llorosa, no podía acompañarme. Fue una verdadera odisea la que me trajo hasta aquí.”
Eli, como le dicen cariñosamente, irradia seguridad y no permite que nada ni nadie cuestione su potencial profesional y personal. Aunque en algún momento pensó que esa sería su mayor prueba, la vida le tenía preparada otra sorpresa: en nueve meses, experimentaría la pureza de un amor maternal.
“La noticia de mi embarazo fue inesperada. Siempre quise terminar mi carrera y tener una estabilidad económica antes de formar una familia, pero la vida tiene sus propios planes. Llevo siete años con mi pareja, y ambos estuvimos seguros desde el principio. Mi familia ha sido un apoyo incondicional, una sorpresa maravillosa para todos.”
Su madre, también en cinta durante sus estudios universitarios de Biología, no dejó que eso le impidiera formar una familia y culminar su carrera. Ella es su mayor inspiración, y Elizabeth siente la necesidad de emular sus pasos, incluso cuando las circunstancias se complican.
“Estar embarazada y estudiar al mismo tiempo es un gran desafío. Es un proceso largo y es crucial tener claros tus objetivos y prioridades. Afortunadamente, cuento con el apoyo total de mi familia. Las consultas médicas son frecuentes y a veces coinciden con mis clases, pero gracias a las políticas de nuestro país y las leyes que nos protegen, no he tenido que elegir entre una y otra. He podido continuar con ambas gracias a la comprensión y ayuda de mis profesores y compañeros. Me considero muy afortunada.”
En su rostro aún se percibe la inocencia de aquella niña soñadora, ahora en el cuerpo de una mujer luchadora. Aunque se muestra realizada, sabe que necesitará mucha disciplina en su camino.
“Nadie puede decir que está completamente preparada para ser madre. No hay un manual; es un aprendizaje constante, tomando experiencias de aquí y allá para crear tus propias historias. Quizás no estoy preparada, pero estoy lista para darle amor, mimarla y disfrutar plenamente de la maternidad, enfrentándola con entusiasmo, que es lo más importante.”
Eli tiene metas claras para esta nueva etapa: ser la mejor madre y una excelente profesional de la prensa. Siguiendo el ejemplo de su madre y con la disciplina que la caracteriza, esta joven de 21 años avanza hacia su propio cuento de hadas, escribiendo las líneas de un manual de amor maternal. ( Texto y fotos: Alexis Peña Hernández/Radio Cadena Agramonte)