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Niños de Santa Cruz del Sur brillan con Rayitos de Amor (+ Fotos)


Camagüey, 9 oct.- Las abejas se agrupan en el escenario, moviéndose al unísono como una colmena en plena actividad. Con trajes que reflejan el brillo de sol, sus movimientos son una celebración del amor y la creatividad. En el aire, resuena la risa y el canto, mientras los rayos de sol parecen abrazar a cada pequeño intérprete, iluminan el escenario y los corazones de quienes los observan. Así no solo entretienen, también inspiran a creer en el trabajo en equipo.

La Colmena Rayitos de Amor de Santa Cruz del Sur es un proyecto creado el 25 de marzo del 2022 en la escuela Ignacio Agramonte y ha transformado el paisaje cultural del municipio. El mismo surge a raíz de una propuesta del reconocido pedagogo y director de la Compañía de teatro infantil La Colmenita, Carlos Alberto Cremata, quien sugirió que cada escuela debía contar con una colmenita, un espacio donde los niños puedan explorar su creatividad y desarrollar sus habilidades artísticas.

El grupo es atendido por dos instructoras de arte: Orisel Martínez y Yennys Almenares Suárez, quienes se encargan del montaje de las obras. Ambas han dedicado su tiempo y esfuerzo a cultivar el talento de los niños con las herramientas necesarias para expresarse a través del arte. También cuentan con Edaime Romero Guerra, guionista y fundadora del proyecto, la cual desempeña un papel fundamental en la creación de las obras que presentan.

Yennis Almenares explica que en sus inicios, contaba con un equipo diverso de profesores que abarcaban todas las manifestaciones del arte. Sin embargo, con el tiempo, por la falta de instructores el enfoque se ha centrado en tres disciplinas principales: música, teatro y artes plásticas. Además, algunos trabajadores de la escuela también colaboran con el proyecto y aportan su experiencia y entusiasmo para apoyar a los jóvenes artistas.

“La selección de los integrantes del grupo es un proceso de mucha atención. Nosotras damos clases en todas las aulas de la escuela, esto nos permite observar de cerca el potencial de cada niño y su interés por el arte. Esta atención personalizada es clave para identificar a aquellos que no solo tienen talento, sino también el deseo de ser parte del grupo”, aclaró Yennis.

El proyecto busca fortalecer la amistad y la solidaridad entre los niños, crear un espacio donde puedan encontrar maneras de divertirse y aprender, incluso en tiempos tan difíciles. Allí adquieren conocimientos valiosos sobre diversos temas, especialmente acerca de la vida y la obra de José Martí.

La abeja reina de La Colmenita, Ana Paula Pedrosa Pérez, una niña llena de sabiduría y carisma, expresó: “Cuando estamos en el escenario, sentimos que todo es posible. Cada vez que actuamos, llevamos un pedacito de nuestro corazón y nuestra alegría a la gente. Queremos que todos sientan lo mismo que nosotros al actuar”.

Su labor es digna de admiración. Cada ensayo, cada actuación, es un testimonio del compromiso que tienen con su arte. Se involucran de lleno en todos los proyectos y trabajan juntos para crear presentaciones que entretienen e inspiran a quienes las ven. La alegría que transmiten es contagiosa, y su capacidad para conectar con el público es verdaderamente asombrosa.

Los niños de la colmenita participan en una variedad de actividades, tanto a nivel municipal como provincial. Estas presentaciones les brindan la oportunidad de interactuar con otros jóvenes artistas y aprender de ellos. Una de las experiencias más significativas que han vivido fue el evento en Nuevitas, en julio de este año, donde formaron parte de un encuentro con la segunda colmenita de La Habana.

“Este evento no solo les permitió compartir su arte, sino que también fue una plataforma para establecer lazos con otros grupos, intercambiar ideas y aprender de sus compañeros. Verdaderamente fue un encuentro maravilloso, que fortaleció el sentido de comunidad y les brindó valiosas lecciones sobre la colaboración y el trabajo en equipo”, afirma la instructora.

La familia en cada paso

Un aspecto crucial para el éxito del proyecto es el amor y el apoyo incondicional que los estudiantes reciben de sus familias.

“Sin la dedicación y el compromiso de las familias, llevar a cabo esta iniciativa sería prácticamente imposible. Los padres no solo son los encargados de buscar y gestionar los vestuarios necesarios para cada actividad, sino que desempeñan un papel fundamental en la logística y organización general del grupo”, comenta Yennis.

Este apoyo va más allá de lo material, se trata de un respaldo emocional que motiva a los niños a esforzarse y a dar lo mejor de sí en cada presentación. La presencia de los padres en los ensayos y actividades genera un ambiente de confianza, los momentos compartidos durante los preparativos y las actividades crean recuerdos imborrables y una conexión más profunda entre padres e hijos. Así, el grupo no solo se convierte en un equipo de trabajo, sino en una verdadera familia unida por un propósito común.

Elvia Yuliet Pérez Freire, mamá de Ana Paula, señaló que los padres participan activamente en todas las actividades y apoyan el proyecto. Resalta que una de las cosas más importantes es todo lo que logran aprender los niños, como la pérdida del miedo escénico y la increíble capacidad de memoria, lo cual también los beneficia en sus clases. Además, les ha ayudado en sus relaciones interpersonales, pues les facilita la interacción con niños de todas las edades.

“No solo juegan y se divierten durante las actividades, sino que aprenden, interpretan y fomentan valores que los convierten en mejores estudiantes y mejores personas”, afirmó Elvia Yuliet.

El arte también necesita apoyo

Yennis Almenares explica que el proyecto se encuentra actualmente en una fase de análisis para la asignación de un presupuesto que permita su desarrollo integral. “Es fundamental reconocer que, aunque hay entusiasmo y dedicación, se requieren materiales y recursos específicos para garantizar un trabajo de calidad”.

Hace también énfasis en la escasa atención que recibe esta iniciativa, como debería ser en correspondencia con su relevancia e impacto positivo. “Este proyecto tiene el potencial de ser un catalizador de talento y creatividad en la comunidad. Sin embargo, muchas veces, los niños participan en actividades provinciales donde logran destacarse y obtener reconocimientos, pero lamentablemente, no se les brinda el seguimiento adecuado ni se les ofrece una respuesta que reconozca el esfuerzo que implica ganar”. Esta falta de apoyo y reconocimiento puede desmotivar tanto a los profesores como a los propios niños, quienes dedican innumerables horas a ensayar y prepararse para estos eventos.

Precisó, además, que la meta final es asegurar que los niños se sientan valorados por su esfuerzo y dedicación, y comprendan la importancia de su labor en el contexto cultural de nuestra sociedad. Al hacerlo, se sembrarán las semillas para un futuro más brillante y lleno de oportunidades para las próximas generaciones.

La Colmena deja una huella imborrable en la comunidad de Santa Cruz del Sur, al inspirar a valorar la importancia del arte en la educación y el desarrollo personal de los niños. Rayitos de Amor no solo se trata de un espacio para la creación artística, es un refugio donde los sueños y la creatividad florecen.

Las abejas se agrupan en el escenario, moviéndose al unísono como una colmena en plena actividad. Con trajes que reflejan el brillo de sol, sus movimientos son una celebración del amor y la creatividad. En el aire, resuena la risa y el canto, mientras los rayos de sol parecen abrazar a cada pequeño intérprete, iluminando el escenario y los corazones de quienes los observan. (Sonia Castillo Gómez/ Estudiante de Periodismo Adelante Digital) (Fotos: Tomadas de facebook.com)


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