logo Imagen no disponible

Radio Cadena Agramonte emisiora de Camagüey

Camagüey, guitarra, voz, Saulo Antonio Fernández, piedras, Paso de los Paredones, huellas

Adiós a Saulo Antonio Fernández, trovador y pedagogo camagüeyano


En agosto de 2009, guitarra en mano, la voz de Saulo Antonio Fernández se mezclaba como el trino de sinsontes, cartacubas y tocororos entre las piedras del Paso de los Paredones, un lugar sagrado donde los primeros habitantes de nuestra isla dejaron sus huellas.

Allí, bajo el cobijo de un evento llamado Cruzada Literaria, su canto profundo y sus metáforas llenas de humanidad dialogaron con la naturaleza y con los jóvenes artistas que se congregaron para leer y cantar.

Este martes tres de diciembre ha muerto ese buen hombre, un trovador único, cuya vida y obra fueron faros para el Movimiento de la Nueva Trova en Camagüey y más allá.

Desde los años setenta, Saulo Antonio Fernández destacó como un innovador dentro de este movimiento. En paralelo a su labor como profesor de Literatura Latinoamericana y Arte en el Instituto Superior Pedagógico José Martí, Saulo compuso canciones que desbordaban poesía y originalidad. Obras como “La mañana del poeta”, “Credenciales”, “El tiempo y las heridas”, “De la infancia” son testimonio de su sensibilidad artística. Su habilidad para musicalizar grandes poemas —desde Martí hasta Whitman— marcó un legado que merece ser rescatado y celebrado.

Junto a figuras como Miguel Escalona, Rolando Montes de Oca y Heriberto Reinoso, Saulo contribuyó a cimentar un movimiento trovadoresco que llevó la poesía hecha música a los círculos literarios, centros laborales, y espacios radiales. El programa La Nueva Trova, transmitido por Radio Cadena Agramonte, y la agrupación Canto Libre, que integró, fueron piezas clave de este empeño.

Gran parte de las composiciones de esta generación se encuentran en peligro de perderse. Grabaciones destruidas o nunca realizadas han privado a la memoria cultural de obras como la musicalización de Peñas Arriba de Rubén Martínez Villena, en cuya creación Saulo desempeñó un papel protagónico. Sin embargo, estas canciones persisten en la memoria de quienes las escucharon en vivo, en la esperanza de verlas resurgir como parte del patrimonio cultural cubano.

La vida y obra de Saulo Antonio Fernández (1947-2024) son un recordatorio de la riqueza que yace en la trova camagüeyana. Poeta, músico, profesor e investigador, Saulo no solo interpretó los sentimientos de su tiempo, sino que también ayudó a preservarlos, publicando reflexiones sobre el movimiento que cofundó.

Hizo, además, lo que en sus apuntes escribió como interrogantes: “¿Qué queda para los viejos fundadores de la nueva trova camagüeyana?” Queda el deber de rescatar lo perdido, de cantar lo que no termina, de recordar para que las futuras generaciones puedan también escuchar, aprender y soñar.

Saulo ya no está físicamente, pero su voz, su guitarra, y sus palabras nos acompañan. Honremos su legado manteniendo vivo su canto, porque en cada verso suyo late la esencia de una cultura que resiste el olvido.

Que su memoria inspire a quienes buscan en la música un refugio y un camino.

Que su historia sea contada, una y otra vez. (Yanetsy León González/Adelante digital) (Foto: Juan Orlando Durán/Adelante Digital)


En esta categoría

Comentarios


Tu dirección de correo no será publicada *