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Nicolás Guillén encontró en Minas un refugio para su creatividad (+ Fotos)


Camagüey, 19 abr.- En el norte de Camagüey se encuentra Minas, un pintoresco pueblo que Nicolás Guillén, el poeta nacional de Cuba, describió con ternura como “tierra de palmeras y violines”. Este rincón lleno de historia y tradición fue también escenario de la inspiración y la vida del destacado juglar, quien encontró en sus calles y hogares un refugio para su creatividad y compromiso social.

A mediados de la década de 1940, la familia Guillén estableció en Minas su hogar de manera temporal. En la casa número 216 de la calle Ayestarán, la hija del poeta, Raquel Guillén, junto al doctor Orlando Hernández, recibió a Nicolás en un ambiente familiar y cálido que sirvió de testigo de múltiples momentos de su vida. Allí, en ese rincón, Guillén encontró inspiración y descanso, y desde donde a menudo se asomaba a las calles de Minas con ojos de poeta y amigo del pueblo.

Uno de los recuerdos más entrañables transmitido por su nieto Nicolás Hernández Guillén es el de las tardes en El Corralón, un amplio espacio abierto frente a la estación del ferrocarril, donde el poeta solía reunirse con niños del barrio. Allí, Guillén y los pequeños construían barriletes de colores, mientras él les contaba historias de Cuba y de su tradición heroica.

En esas ocasiones el poeta señalaba el algarrobo que aún se yergue orgulloso en la zona y le relataba a los infantes cómo bajo esa misma sombra el líder independentista Ignacio Agramonte trazó el camino hacia la libertad de Cuba un 26 de noviembre de 1868, en el hecho histórico hoy conocido como la Reunión de Las Minas.

El 22 de enero de 1948 la historia de Minas también estuvo marcada por un acontecimiento trágico. El capitán Joaquín Casillas abordó en Manzanillo el tren en el que viajaba Jesús Menéndez, con la intención de detenerlo. Debido a su inmunidad, el líder sindical rechazó la orden y se negó a seguir al militar, dándole la espalda. Casillas le disparó causándole la muerte.

La noticia conmovió profundamente a Nicolás Guillén, quien era íntimo amigo de Jesús Menéndez. Como homenaje al General de las Cañas, escribió su extenso poema Elegía a Jesús Menéndez, una de sus obras más emblemáticas, que culminó en 1951.

Durante esos momentos cruciales Minas fue escenario de la inspiración del poeta. En una de las habitaciones de la casa de su hija trabajó intensamente en la creación de su poema que comienza con versos que reflejan la fuerza y el dolor del pueblo cubano:

"Las cañas iban y venían,
desesperadas, agitando
las manos.
Te avisaban la muerte,
la espalda rota y el disparo".

Hoy, la memoria de Nicolás Guillén se mantiene viva en Minas a través de una tarja colocada en la vivienda de la calle Ayestarán número 216, que inmortaliza su presencia allí. Este monumento es un símbolo del patrimonio cultural camagüeyano y un homenaje a quien supo capturar en su verso el espíritu mestizo y poético de Cuba, dejando un legado que trasciende el tiempo y las generaciones. (Maykel Torres La Rosa/Radio Cadena Agramonte) (Fotos del autor y tomadas de Internet)


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