París, 4 may.- La frase promocional “El mundo en París” parece pretenciosa, pero las propuestas y la acogida del público la justifican, la Feria de París ofrece un viaje por diversos puntos del planeta, sin abandonar la Ciudad de la Luz.
La edición 121 de la feria minorista más grande de Europa atrajo este sábado a un mar de gente al recinto expositivo de la Puerta de Versalles, con la expectativa de que este año supere el medio millón de visitantes en los 12 días de evento, del 30 de abril al 11 de mayo.
El intercambio cultural fue una vez más el protagonista de la jornada, una suerte de marca de la casa, que garantiza a grandes y chicos espectáculos musicales y danzarios, degustaciones, talleres, exposiciones y competencias, algunas tan insólitas como un torneo de barbacoa.
Por supuesto que el plato fuerte de la Feria de París es la oportunidad de comprar, desde productos del hogar y gastronómicos hasta ropa -nueva y de segunda mano-, muebles, bisutería, cosméticos, calzado, juguetes e instrumentos musicales.
El mundo dice presente al que aquí llaman “el acontecimiento primaveral de Francia”, y lo hace de las maneras más disímiles, con aportes de grandes potencias manufactureras como China, Japón, India, Vietnam y Tailandia, en cuyos estands abundan los textiles, la talabartería, las joyas, las artesanías y las infusiones.
También África trajo los suyo, con una amplia plaza consagrada a Marruecos, donde sus tapices y objetos decorativos parecen vibrar al compás de su música y sus bailes típicos, y propuestas de Argelia, Kenya, Madagascar, Senegal y Túnez, entre otros países.
Desde América Latina, “La esquinita” de México brinda al curioso público tortillas, chiles, botanas, salsas, dulces y bebidas, mientras que Perú comercializa piedras tradicionales y confecciones de lana y Ecuador sombreros y artesanías.
A unos estands, compiten fraternalmente el mojito cubano y la caipiriña brasileña, escoltados por sus pabellones nacionales.
La anfitriona Francia lógicamente encabeza las ofertas en diversos pabellones y espacios, algunos con títulos tan sugerentes como “La aldea de la creación francesa”, con las vecinas España e Italia que invitan al paladar con sus jamones y chocolates, respectivamente.
Para despedir la tarde nada mejor en la Feria de París que el Festival de los Trópicos, con conciertos que hacen bailar al ritmo de manifestaciones artísticas tan lejanas como las que proceden del Caribe y del Océano Índico. (Texto y Foto: PL)