EE.UU, 25 jun.- En 2023, un enorme observatorio submarino detectó un fenómeno inusual bajo el mar Mediterráneo, generando una gran conmoción en la comunidad científica internacional.
Se trata de una partícula de energía extremadamente alta que atravesó la Tierra dejando una señal brillante e inexplicable.
El evento, registrado por el telescopio KM3NeT, ha desafiado las explicaciones convencionales y está obligando a los físicos a reconsiderar algunas de sus teorías más fundamentales sobre el universo.
El rastro de esta partícula, que ha sido descrita como un «muón imposible», no sólo rompió récords de energía detectada, sino que además mostró un comportamiento que ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que estemos frente a una manifestación directa de materia oscura.
Un hallazgo de esta magnitud no sólo sería revolucionario en el campo de la física, sino que podría ser la primera prueba tangible de uno de los mayores misterios del universo moderno.
En las profundidades del mar Mediterráneo, un telescopio submarino llamado KM3NeT observa partículas subatómicas que pasan por la Tierra sin detectadas a simple vista.
A diferencia de los telescopios tradicionales que miran al cielo, este detector se orienta hacia el interior del planeta, buscando partículas que atraviesan la Tierra desde el otro lado del mundo.
Fue uno de los sensores de KM3NeT en que en 2023 captó esa señal de luz extremadamente intensa, asociada al paso de una partícula con una energía estimada de 220 peta-electronvoltios (PeV).
Se trata una cantidad de energía superior a la que puede generar cualquier acelerador de partículas humano, incluyendo el célebre Gran Colisionador de Hadrones (LHC).
Dicho destello superó en 35 veces la luminosidad de cualquier otro evento similar captado por el observatorio. Los investigadores, inicialmente emocionados, intentaron clasificarlo dentro de lo conocido, pero pronto se dieron cuenta de que no encajaba con ninguna partícula convencional.
Asumieron hipótesis que van más allá del modelo estándar de la física de partículas: una de ellas propone que la señal captada podría haber sido causada por una partícula de materia oscura, algo nunca antes observado de forma directa.
La materia oscura es uno de los grandes enigmas de la física actual. Aunque no puede verse ni tocarse, su presencia se infiere por los efectos gravitatorios
que ejerce sobre la materia visible en el universo. Se calcula que representa alrededor del 85% de la masa total del cosmos, pero hasta ahora no se ha logrado identificar de qué está compuesta exactamente.
Según una teoría propuesta en un artículo reciente publicado en arXiv, lo que KM3NeT habría detectado no sería un simple neutrino, sino una partícula de materia oscura que, al chocar con el interior rocoso de la Tierra, habría generado una breve transformación en su estructura.
Esta alteración habría producido una versión más pesada de la partícula, que se descompuso rápidamente en dos muones casi perfectamente alineados, lo que habría generado un destello tan intenso que solo KM3NeT pudo detectar.
El origen celeste de esta partícula también ha sido objeto de debate. Según el análisis de la trayectoria, los científicos creen que proviene de una región del espacio donde se encuentran varios blázares, que son galaxias con núcleos activos y agujeros negros supermasivos en el centro.
Estos objetos emiten chorros de partículas a velocidades cercanas a la de la luz, y algunos de esos haces podrían haber viajado miles de millones de años hasta llegar a la Tierra. (Texto y Foto: Cubasí)