EE.UU, 13 sep.- El presidente estadunidense, Donald Trump, ha lanzado una revolución cultural que busca rescribir la historia oficial de su país, borrando narrativas sobre las vidas y luchas de pueblos indígenas, afroestadunidenses, latinos, inmigrantes y gays al censurar literatura y exhibiciones museográficas, así como promover a artistas conservadores “patrióticos”, cuyas cualidades principales parecen ser una lealtad absoluta al mandatario.
Exhibiciones que celebran la experiencia inmigrante y la vida de la comunidad latina ya se han removido de recintos nacionales; obras de teatro y música encabezada por artistas de la comunidad LGBT han sido canceladas en sitios públicos como el Centro Kennedy, en Washington, mientras la Casa Blanca sigue elaborando directrices para más cambios de este tipo. Directores de museos nacionales ya renunciaron o fueron despedidos.
A finales de agosto, el actual director de los museos del Instituto Smithsoniano (complejo de 19 recintos y centros de investigación públicos más importante del país) se reunió con Trump después de que la Casa Blanca emitió una larga lista de obras de arte que ordenaba retirar de exhibiciones públicas. Todo esto “se siente un poco como censura”, comentó en entrevista con el Washington Post Spencer Crow, ex director del Museo Nacional de Historia Estadunidense.
La purga de arte y cultura ya está avanzada. En una visita al Museo Nacional de Historia Estadunidense, La Jornada confirmó que toda la galería nombrada Historia Latina, auspiciada por la familia Molina, la cual el museo describió como “la primera galería dedicada a la experiencia y contribuciones latinas a Estados Unidos”, cerró tres meses antes de lo programado. “Está clausurada por renovaciones”, comentó un empleado del recinto a La Jornada sin más explicación. Varias de las obras de esta exhibición estaban incluidas en una lista publicada por la Casa Blanca de piezas que no eran “consistentes” con la visión del presidente Trump sobre la cultura nacional. (Texto y Foto: Cubasí)