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Cuba, El Cobre, Santiago de Cuba, Huracán Melissa, vientos, lluvia

Y si vas a El Cobre: encontrarás la voluntad de renacer


El Cobre, Santiago de Cuba, 1ro. nov.- Doce horas terribles vivieron los 18 mil 699 habitantes de El Cobre, poblado símbolo de la idiosincrasia cubana.

Justo a las siete de la noche del martes 28, los ríos Marteña y La Palmita salieron de sus cauces, y enseguida lo hizo el Senserenico, que en pocos minutos tomó algunas de las calles, subiendo el agua hasta la altura de los cerramentos, y arrasando con todo a su paso. En su camino estaba mi casa, o mejor dicho, la facilidad temporal en la que habito desde el Sandy, pero estamos vivos, y mientras hay vida hay esperanza, dijo, con lágrimas en los ojos y los pies bañados por las aún turbulentas aguas del Senserenico, José Cisneros Godines.

PERMANECEN LA FE, LA ESPERANZA Y EL AMOR

Francisco Herrera Ulloa, presiente de la Zona de Defensa (zd), precisó que fueron dos y no una crecida las que cubrieron hasta la calle Aurelio Fernández, pero los vientos rugieron y también barrieron desde la zona Río Frío hasta las cercanías de la ciudad de Santiago de Cuba, que es toda la demarcación de nuestro consejo popular. Previamente habíamos advertido acerca del peligro a nuestra población, que fue protegida en casas de familiares, vecinos, así como el Seminternado de Primaria Rubén Bravo Álvarez, en el que todavía permanecen 62 personas. 

El Puesto de Dirección de la zd, que radicaba en un sitio que durante décadas pareció seguro, también colapsó por las inundaciones, y pudimos trasladarlo hasta el Joven Club de Computación y Electrónica. Figúrese que de las 9 mil 450 viviendas que hay en el Consejo, de manera preliminar se cuantifican cerca de ocho mil con algún tipo de afectación, principalmente en las cubiertas, con no pocos derrumbes totales, manifestó Milaida Mesa Villavicencio, delegada de la circunscripción 229, mientras elaboraba los alimentos destinados a las personas que permanecen protegidas en el Rubén Bravo.

De manera que la mayoría de los cobrenses somos damnificados, pero todos estamos tristes, al ver cómo quedó nuestro pintoresco pueblo, al que tantos cubanos y extranjeros peregrinan, acotó Tania Gola Quiala, nacida y criada aquí, quien tampoco negó la suerte de estar todos vivitos y coleando, como decimos los orientales.

Donde abundaron las potentes fuerzas de Melissa, sobreabundaron la fe, el amor y la solidaridad, así patentizan Mainet Millet Rivera, que ha sido acogida en la casa de Faustino Melgares Frómeta, junto a otros familiares y vecinos, lo estamos compartiendo todo, desde alimentos y otros artículos de primera necesidad, enfatizó el anfitrión. En situación de derrumbe quedó la casa de Ramón Quintero Benet, no quedaron ni los cimientos, mi esposa, que es madre de cuatro hijos, está en casa de un vecino ¡El que no se tiene que derrumbar soy yo!, subrayó el fornido hombre.

La unidad también prevalece, el trabajo es coordinado entre todos los factores, y las iglesias Bautista y Católica han sido protagonistas en todas las fases, poniendo recursos, instalaciones y acompañamiento a plena disposición, comentó el Presidente de la ZD.

La Basílica Menor Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre, sufrió daños, dada su posición en la cima de una loma, pero eso no implica que el trabajo mengüe, sino que se multiplica junto a las autoridades locales y a Caritas -la estructura de servicio social de la Iglesia Católica-, y hemos establecido ocho comedores que se suman a nuestro comedor habitual para 20 ancianos, refirió el padre Rogelio Dean Puerta, rector del Santuario y párroco de la localidad.

Acotó que el Santuario reabrirá sus puertas este sábado, porque las virtudes teologales: la fe, la esperanza y el amor, nunca deben faltar. (Texto y foto: Granma Digital) 


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