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Fidel, niños, infancia

La sensibilidad de Fidel por los niños y jóvenes


Camagüey, 23 nov.- Transcurría el 7 de diciembre de 1976. El polígono nacional Mayor General Ignacio Agramonte, en Paso de Lesca, vestía sus mejores galas para el resumen  de la maniobra XX aniversario de las FAR, que tenía un doble propósito: recordar el desembarco del yate Granma, por las Coloradas, ocurrido el 2 de diciembre de 1956 y la culminación del proceso institucionalización de la Revolución.

En completa formación aguardaban los combatientes, encargados de demostrar la capacidad defensiva adquirida por el rigor de estos años de preparación militar, y una treintena de de pioneros de quinto grado de la escuela  primaria José de la Luz y Caballero, de la calle San Esteban, en la ciudad de Camagüey.

Entre aquellos infantes se hallaba Juan Carlos Lacaba Jofre. El recuerdo le brota, como si fuera hoy aquel momento.

“Fidel se bajó del yipi y sin protocolo alguno, enfilo sus pasos hacia donde estábamos. Nos dio un beso a cada uno, nos tocó la cabeza en gesto de cariño, preguntándonos que queríamos estudiar.

“La respuesta mía fue: Hacerme arquitecto. Me pregunto: ¿Para qué? Para construir escuelas, edificios…”, aunque al final tomo otro camino: de ingeniero eléctrico, perfil que desempeña en la Empresa Eléctrica de Camagüey.

El 13 de marzo de 1987 es otro día para recordar. Después de terminar una reunión con dirigentes municipales y provincial en la escuela del Partido Cándido González en la que convoco a “Que Camagüey haga suyos los objetivos de ser modelo en la construcción del socialismo para Cuba y el mundo”, realizo una visita inesperada al Instituto Superior de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay.

¿Cuál sería su sorpresa? Al llegar Fidel, las muchachas y muchachos no estaban en la institución, se encontraban en el centro recreativo de la Sepmi en un chequeo de emulación.

Había que verlo. Fue la única vez que lo note enfadado, pero no desistió: “¿Cuándo podemos reunirnos con ellos”, indago y el acuerdo fue: al mediodía de mañana.

En la entrada del comedor principal se improvisó la tribuna de intercambio, no sin antes  recorrer diferentes aulas y espacios donde la entusiasta masa juvenil lo aclamaba. Diálogo  con los trabajadores a cargo de la elaboración  de los alimentos acerca de la variedad y el estado de conservación de estos.

Inolvidable fue el momento que Leonor Porto, entonces estudiante de cuarto año de la carrera de medicina, resaltó el estímulo por la visita de Fidel al centro y el compromiso, tanto de alumnos  como trabajadores de que el plantel se mantendría en un lugar destacado nacionalmente.  

Visiblemente emocionada y con lágrimas en sus ojos, la joven abrazó fuertemente al Líder de la Revolución, mientras el expreso la alegría  por celebrar junto a ellos, el quinto aniversario de constituido el Destacamento  de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay y el trigésimo del histórico asalto al Palacio Presidencial, que se cumplía ese viernes.

Así fue Fidel. Este es solo un botón de muestra suyo, de llegar al corazón del pueblo.

En su amplio periplo del 25 de julio de 1989, a pocas horas de hablar en la Plaza de la Revolución Ignacio Agramonte, llegó al círculo infantil de Cuatro Caminos, en Najasa para ver a los pequeños, oportunidad en la que se llevó la invitación de la directora para asistir a la inauguración oficial del plantel. (Enrique Atienzar Rivero /colaborador de Radio Cadena Agramonte)  (Foto: Internet)


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