La lucha contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto durante más de cuatro décadas por los Estados Unidos contra Cuba, constituye la piedra angular de la política exterior cubana.
El bloqueo como acto probadamente violatorio del Derecho Internacional ha recibido un contundente rechazo al nivel planetario. Expresión de ello ha sido la condena a esta criminal política por noveno año consecutivo y abrumadora mayoría en el seno de las Naciones Unidas , como resultado de lo cual el gobierno de los Estados Unidos ha quedado totalmente aislado y sin argumentos.
Las consecuencias y los costos del bloqueo para la nación y el pueblo cubanos han sido muy altos, tanto en el plano material, como humano. Baste señalar que las pérdidas en estos dos ámbitos se cuantifican en 121 mil millones de dólares, además del sufrimiento y las privaciones a que se ha visto sometido el pueblo cubano que ha sido y es la principal víctima de esta política irracional y genocida que no repara en consideraciones de tipo ético ni moral.
La estoica resistencia de los cubanos y la sostenida recuperación económica del país permiten aseverar que los designios imperialistas de rendir por hambre y enfermedades a un pueblo cuya decisión de hacer valer sus principios y derechos es irrevocable, han fracasado.
Pero sus promotores insisten en dar continuidad a esta guerra económica y ante el repudio que concitan instrumentan paliativos que, lejos de flexibilizarla, la amplían y recrudecen.
Ha llegado el momento de mancomunar las voluntades y los esfuerzos de toda la humanidad progresista para poner fin a una línea de pensamiento y acción absurda e insostenible por cuya eliminación también clama la opinión pública norteamericana, que al igual que la de los que residen en la isla, aspira a relacionarse normal y beneficiosamente con sus vecinos cercanos.
Tomado de http://www.cubaminrex.cu/ el sitio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba