Por Alex López Almaguer/Radio Cadena Agramonte.
Como una verdadera tesis de humanismo se extiende hoy desde el Río Bravo hasta la Patagonia, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), con el propósito esencial de lograr la integración regional, luchar contra la pobreza y la exclusión social fomentada por los intereses de hegemonía capitalista en la región.
Cuba fue uno de los primeros países en incorporarse a este movimiento promotor de la solidaridad y la resistencia, que protagonizan pueblos hermanos, liderado por la patria de Bolívar.
Fue en diciembre del año 2004 cuando los presidentes Hugo Chávez Frías, por Venezuela, y Fidel Castro Ruz, por Cuba, firmaron la Declaración Conjunta para la creación del ALBA y el Acuerdo de Aplicación de la entonces Alternativa Bolivariana para las Américas.
Una muestra inequívoca de ese propósito es el apoyo cubano a la creación de nuevos espacios de interés común, que permitan constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones comunes.
Es por ello que la formación de profesionales latinoamericanos en la Isla es una realidad, como expresión del sentimiento de solidaridad que nos legó José Martí.
Con aires de integración, en la Universidad de Ciencias Médicas “Carlos J. Finlay”, de Camagüey, se forman cientos de médicos de países hermanos. Al asumir la hermosa labor de salvar vidas humanas, estos galenos expresan el profundo agradecimiento a la Revolución cubana y al Comandante en Jefe, por permitirles crecer profesionalmente para ayudar a los más necesitados.
A partir la formación profesional adquirida en Camagüey, los jóvenes profesionales podrán contribuir a elevar los indicadores de salud en diferentes regiones del planeta, deprimidos por las políticas neoliberales, promotoras del consumismo y la privatización de los servicios de Salud.
Así, en la fértil llanura camagüeyana seguirá creciendo la justicia y la esperanza para quienes desafían a las fuerzas poderosas del mundo. La mejor arma, el deseo multiplicado de miles de hombres y mujeres de todo el planeta, empeñados en hacer valer los principios del ALBA, una vía eficaz en la conservación de la especie humana.
Desde su creación, dicha alianza regional ha logrado ser una propuesta de integración diferente que pone el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, y expresa abiertamente los intereses de los pueblos latinoamericanos.
Vale destacar además que no solo ha trascendido los ámbitos político y social, sino también el deportivo. La celebración de los Juegos del ALBA desde el año 2007, en los que participan atletas de las naciones integrantes, para promover la integración también mediante el deporte, junto a las misiones deportivas que se acometen en países como Venezuela, son un ejemplo de ello.
El ALBA ha sido a la vez un catalizador del despertar de la conciencia de los pueblos de la América, evidente en el nuevo liderazgo político, económico, social y militar de la región.
Hoy más que nunca, se necesita relanzar la unidad latinoamericana y caribeña que soñaron Bolívar y Martí, materializada en los últimos años con los proyectos del ALBA y más recientemente a través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, es en definitiva una manifestación de la decisión histórica de las fuerzas progresistas de la esta parte del continente, para demostrar que otra América es Posible.