Radio Cadena Agramonte emisiora de Camagüey
Por Rolando Sarmiento Ricart/ Colaborador de Radio Cadena Agramonte.
Para los Estados Unidos cuando cualquier presidente y su pueblo deciden ser libres y no ceden a los reclamos de su política hegemónica, son antidemocráticos, terroristas y violadores de los “derechos humanos”. Siria y Venezuela son los más recientes ejemplos, donde el complot de opositores y mercenarios pagados han pretendido sembrar la inestabilidad y el caos ciudadanos en cada uno de los dos distantes países.
Contra el presidente Bashar Al Assad, arremetieron con todos los hierros made in USA y también con el apoyo incondicional de los aliados europeos; si no fuera por Rusia, hoy esa nación estuviera mucho peor, bajo la misma desgracia de terror e ingobernabilidad que provocaron en Iraq y Libia.
Pese a la ayuda abundante de armas y recursos bélicos, los terroristas pagados e infiltrados y los “rebeldes” sirios, no solo no pudieron derrocar Al Assad, sino que en medio de fuertes amenazas de ataques a la población, el masivo respaldo popular ratificó en limpias elecciones con el 88,7% de los votos al presidente sirio para gobernar por siete años más.
Sin embargo, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, John Kerry, dijo en visita relámpago al Líbano, que las elecciones en Siria fueron “ficticias” porque millones de ciudadanos no pudieron votar debido al conflicto. Menos mal, porque asistieron a las urnas más de 10 millones de ciudadanos que ratificaron al presidente médico Bashar y el porcentaje de votos, quizás, pudo ser mayor.
Desde luego, Kerry, instó a Rusia, Irán y al grupo chiita libanés Hezbolá, a intensificar esfuerzos para poner fin a la guerra que los propios Estados Unidos y sus socios europeos promueven y apoyan.
En Venezuela es también muy evidente la intromisión USA, mediante el respaldo incondicional a los opositores del presidente Nicolás Maduro para cometer magnicidio, la campaña mediática de mentiras sobre Venezuela y la violación flagrante del uso de la diplomacia desde el país vecino de Colombia donde tienen instaladas siete bases militares.
En fin, los gobiernos y pueblos que no estén con los Estados Unidos y su política belicista, saben que el imperio los denominará “terroristas”, “violadores de los derechos humanos” y “antidemocráticos”: Cuba, por ejemplo, la pequeña Isla del Caribe que exporta al mundo médicos solidarios, bloqueada hace más de medio siglo por esa primerísima potencia mundial, ha soportado todos esos epítetos calumniosos a cambio de su plena libertad.
