Camagüey, Cuba, Santa Cruz del Sur, ciclón del 32

El ciclón del 32 en Santa Cruz del Sur, un antes y un después


Por Enrique Atiénzar Rivero/ Colaborador.

En la memoria de los habitantes del poblado de Santa Cruz del Sur permanece aún la tragedia del 9 de noviembre de 1932, fenómeno meteorológico que dejó un saldo de tres mil 033 víctimas.

La fuerza del mar y la violencia del viento azotaron a este pueblo de humildes pescadores. Todo fue arrasado, una patética imagen  difícil de describir.

Ciertamente Santa Cruz quedó envuelto por el mar y no fue hasta muchos años después que algunas familias empezaron a asentarse en aquellos terrenos, no con la prontitud que las circunstancias demandaban, a causa de la lenta e inoperante solución de las autoridades políticas de la época.

Todavía, a 91 años, hay quienes creen, erróneamente, que lo ocurrido fue un ras de mar, el que se caracteriza por un fenómeno sísmico, relacionado con maremotos o un sismo en el lecho marino, que crea una inmensa ola que viaja miles de kilómetros.

El doctor José Rubiera, sobresaliente meteorólogo cubano, en conversación con este periodista remarcó que el ras de mar no ocurre en nuestra zona geográfica, sino en el Océano Pacifico, como espacio de mayor acción.

Lo sucedido en la sureña región estuvo relacionado con un huracán de gran intensidad, categoría 5, acompañado por uno de los fenómenos peligrosos, junto a la lluvia torrencial y los vientos: la llamada surgencia o marea de tormenta.

En los tiempos actuales, con suficiente tiempo, la población recibe información de la Defensa Civil sobre la posibilidad de que por el área geográfica transiten ciclones o huracanes tropicales para evitar riesgos de pérdida de vidas humanas y de recursos materiales.

Los que persistían en vivir al lado del mar comprenden ahora un poco más el riesgo que entraña residir en esa faja costera y recientemente asumieron trasladarse a edificios multifamiliares financiados por el Estado, después de los ciclones Ike y Paloma.

Para la Revolución no hay nada de mayor valor que la vida de un ser humano, razón por la que en estos años no ha reparado en realizar inversiones millonarias para dotar al país de un abanico de aplicaciones en el terreno de la Meteorología, todo por el bien común del pueblo que confirme la realidad de: Un antes y un después del ciclón del 32. (Foto: Adelante/ Archivo)


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