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Turismo azul: un proyecto para aprender a mirar los ecosistemas con el corazón


Por  Damaris Hernández Marí/ Investigadora del CIMAC y colaboradora de Radio Cadena Agramonte.

Desde 2022 se desarrolla en la provincia de Camagüey el proyecto territorial Turismo azul resiliente en contexto de cambio climático: destino playa Santa Lucía. Investigadores, especialistas y profesores de diferentes instituciones y ministerios enfocan su labor en seis resultados fundamentales que tributan, de manera conjunta, a la implementación de un paquete de tecnologías asociadas al concepto de turismo azul resiliente en ese importante balneario, ubicado al norte del territorio.

El diálogo con la M.Sc. Rebeca González López del Castillo, jefa del proyecto e investigadora auxiliar del Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de Camagüey (CIMAC), permitió acercarnos a las esencias de Turismo azul y conocer sobre sus experiencias en la conducción de un proyecto que propone fortalecer los principios de la sostenibilidad en la gestión turística.

- ¿Por qué resulta pertinente un proyecto como Turismo azul en los escenarios actuales?

- La actividad turística en los nuevos escenarios de cambio climático será una de las actividades económicas que más sufrirá los impactos de eventos extremos, el ascenso del nivel del mar, y también del incremento de la temperatura superficial del mar. Entonces, pensar que el turismo puede mantener su desarrollo sobre las mismas bases que tiene hoy es difícil. El turismo tiene que adaptarse a las nuevas condiciones y, sobre todo, desde perspectivas de actividades que sean sostenibles y amigables con el medio ambiente.

En ese sentido el proyecto interconecta varios resultados que están relacionados con las estrategias de implementación del turismo, soluciones específicas de adaptación como son la creación de áreas protegidas para reducir las presiones sobre los ecosistemas y la implementación de soluciones de restauración en aquellos ecosistemas que así lo requieran, por haber estado expuestos a una actividad humana excesiva y, a veces, inadecuada.

Turismo azul tiene como objetivo implementar un turismo con una mirada de sostenibilidad ambiental y también como medida de adaptación al cambio climático. Es un proyecto que tiene varios resultados, porque cuando hablamos de Turismo azul estamos hablando de desarrollar una actividad económica sobre la base de aprovechar sosteniblemente las potencialidades que tienen los ecosistemas marino-costeros, llámense lagunas costeras, playas, manglares, los pastos marinos y los arrecifes”.

- Una de las primicias que destaca en la propuesta de Turismo azul es la concepción de nuevos productos turísticos y el diseño de una marca comercial. ¿Podría  ampliarnos sobre estos resultados?

- El proyecto propone, también, nuevos productos turísticos que nos permitan obtener beneficios económicos sobre la base de la explotación de los ecosistemas de manera sostenible. Podemos comentar que se trabaja en un nuevo producto turístico, que integra importantes conceptos y rescata los fangos medicinales que tenemos en las lagunas costeras. Son fangos de excelente calidad y el proyecto los incorpora a un producto turístico con una mirada amplia, dirigida a la salud y la calidad de vida.

El diseño de los productos turísticos se basa en un cliente que viene a Santa Lucía, no solo a disfrutar de las bondades de su playa, sino también a recibir tratamiento cosmetológico o de salud con el uso de estos fangos.

Además, puede dar recorridos interesantes por algunos lugares del polo turístico, disfrutar de puntos de observación de aves, entre otros atractivos. Es un cliente que también recibirá toda una gama de información actualizada sobre los bienes y servicios de esos ecosistemas en el momento en que llegue a Santa Lucía. Esto es importante, porque el turista internacional a veces llega de mercados emisores que son de posiciones muy ambientalistas e identificados con la conservación del medio ambiente.

Otro resultado de mucho impacto es la marca Turismo azul, la cual estaría bajo la sombrilla de la marca País, y que identifica esta nueva concepción del turismo. Ya tenemos una definición de la marca y estamos en el proceso de patentarla y registrarla. Es un proceso que puede llevar algún tiempo, pero que será muy útil porque le imprime un sello muy personal a Santa Lucía en este reto que tiene de mirar el turismo de una manera diferente, más ambiental, de sostenibilidad y adaptación al cambio climático, algo que en la actividad turística en los contextos actuales es insoslayable”.

- ¿Cómo se ha fortalecido la implementación del proyecto Turismo azul en su vínculo con otros proyectos que se desarrollan en el territorio camagüeyano?

- Existe una fuerte sinergia con el proyecto Desarrollo de capacidades para la implementación del Protocolo de Nagoya y el uso sostenible de la biodiversidad en bienestar de la salud humana en Cuba, conocido de manera breve como Thalassia, y con el proyecto relacionado con el fortalecimiento de la resiliencia de los ecosistemas marino-costeros en dos sitios: la Península de Guanahacabibes, en Pinar del Río, y Santa Lucía, en Camagüey, un proyecto espejo del internacional Blue Resilience, financiado por el Fondo Francés para el Medio Ambiente.

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“Todos tienen como punto común Santa Lucía y la integración de saberes en un mismo sitio enriquece y fortalece la introducción en la práctica de sus resultados. Thalassia se enriquece porque es un proyecto muy específico orientado al uso y conservación de las praderas de Thalassia testudinum, las cuales pasan a tener un rol fundamental al aportar un extracto para la fabricación de productos para la salud humana. Y a la vez, está la mirada de que Turismo azul pudiera, en algún momento, utilizar los extractos de este propio ecosistema, o sea, de la Thalassia, para fabricar productos cosméticos 100% naturales.

Soñamos que algún día Turismo azul tenga en las instalaciones hoteleras fabricados con extracto de Thalassia testudinum de la propia Santa Lucía los productos que pone a disposición de los clientes para su higiene y comodidad. Eso le imprimiría un sello relevante, porque los bienes y servicios de los ecosistemas marino-costeros todavía son una arista insuficientemente estudiada.  

Estos ecosistemas pueden brindarnos económicamente mucho, pero nosotros tenemos que ser capaces de cuidarlos, protegerlos y conservarlos, y en esa misma medida ellos nos van a retribuir con sus bienes y servicios. Nuestros ecosistemas son una mina de oro en todos los sentidos, solo debemos aprender a mirarlos con los ojos del corazón, como decía El Principito".

- Ya han transcurrido dos años desde el inicio del proyecto. ¿Qué aprendizajes y experiencias le ha aportado a usted el proyecto Turismo azul como líder de este equipo de voces múltiples?

- Llevo unos cuantos años en la actividad de ciencia, más de 40 años, y liderar Turismo azul ha sido toda una experiencia. Debemos pensar que el jefe de proyecto es solamente un líder que coordina las acciones, que tiene la tarea de redactar el proyecto y actualizar las evidencias documentales. Es un reto lograr que el proyecto funcione como un gran equipo y como una gran familia, entendiendo que cada resultado está interconectado con los otros, por lo cual cada uno depende de los demás para su implementación.

“Turismo azul es, ante todo, una gran familia, en la que el CIMAC está como entidad ejecutora principal, pero tenemos una muy estrecha colaboración con la Delegación Provincial del Ministerio de Turismo (MINTUR), la Universidad de Camagüey, el Centro de Capacitación del Turismo, la Universidad de Guantánamo, la Empresa de Flora y Fauna y la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

El Ministerio de Salud Pública se incorpora ahora a partir de la inclusión de los fangos medicinales en un producto turístico, y nos va guiando en este proceso de cómo introducirlos coherentemente, respetando lo que establece la normativa del país para el uso de este tipo de producto en tratamientos de salud y cosmetología.

Con esa perspectiva hasta la fecha contamos con 34 integrantes en el equipo, donde todos nos comunicamos y trabajamos muy bien. Uno aprende, porque hay una gran diversidad de temáticas, por ejemplo, los productos turísticos con liderazgo del MINTUR, o las marcas, desde la Universidad, que son contenidos totalmente novedosos.

En una reunión técnica el jefe de proyecto es uno más para aprender y uno más para enseñar, y desde esa humildad, cuando se trabaja en equipo, todos los días aprendes algo nuevo. Para mí, Turismo azul ha sido una escuela en todos los sentidos: por todo lo que he aprendido y sigo aprendiendo en temas en los que alguna vez no pensé que podría incursionar”. (Foto: Juan Mendoza Medina/ Radio Cadena Agramonte)


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