Camagüey, 17 may.- Desde joven el destino entrelazó la vida de Manuel Ricardo Valladares Castro con el dulce aroma de la caña, nacido en el seno de una familia que le inculcó desde muy pequeño el valor del trabajo duro y la importancia de la tierra.
A los 12 años se adentró en el mundo de la dulce graminia realizando tareas básicas como el corte manual de caña, operador de alzadora y chofer de camiones de transportación, labores que asumió con responsabilidad.
A pesar de su corta edad, el entusiasmo y los deseos de aprender lo llevaron a observar con atención a los trabajadores más experimentados; en cada cosecha absorbía conocimientos sobre el cultivo, las técnicas de siembra y las particularidades del clima que afectaban la producción.
La curiosidad entre el olor a caña lo llevó a preguntar y a involucrarse en cada aspecto del proceso, en el que no solo se limitaba a trabajar en el campo, sino que, también, se interesaba por entender cómo funcionaban los centrales azucareros.
Los años pasaron y ganó experiencia y reconocimiento entre los compañeros, la dedicación lo llevó a asumir roles de mayor responsabilidad como jefe del plan cañero en áreas del central Panamá y director de varias industrias de la provincia agramontina.
Su liderazgo natural y la capacidad para motivar a otros lo hicieron destacar en el sector cañero, hoy en día es un referente en la industria azucarera y es reconocido por la contribución al desarrollo del sector y el compromiso con la comunidad.
A pesar del “éxito” nunca olvida sus raíces ni el camino recorrido en el largo bregar por la vida, el hoy octogenario Ricardo Valladares Castro siente el orgullo y añoranza de que el territorio de Carlos Manuel de Céspedes, en el occidente de Camagüey, haga siempre zafra; industria de la que forma parte como un hombre del azúcar. (Texto y fotos: Zenia Donet García/Radio Cadena Agramonte)