EE.UU, 11 jul.- “Es un honor dirigirme a un grupo de valientes disidentes cubanos y periodistas independientes para reafirmar nuestro apoyo a una Cuba libre, soberana e independiente”, escribió Marco Rubio en X, con la solemnidad de quien cree estar liderando una cruzada épica. Pero la escena, lejos de ser heroica, resulta un espectáculo tragicómico: el flamante Secretario de Estado de la mayor potencia mundial, dedicando su “valioso tiempo” a charlar por videollamada con un puñado de “disidentes” que, más que valientes, son expertos en el arte de vivir del cuento contrarrevolucionario.
¡Qué imagen tan lamentable! Esos “valientes” son solo un grupúsculo de mercenarios que han convertido la “disidencia” en un negocio tan lucrativo como estéril. Representan una “oposición” que solo existe en las fantasías de la politiquería miamera y en los cheques que Rubio les garantiza con tanto fervor como sea necesario. Es un pobre intento de cosechar los frutos podridos de su estrategia combinada de perseguir las fuentes de sustento del pueblo de Cuba, mientras alienta burdamente acciones de intervención política y desestabilización de nuestro país.
Lejos de ser un momento de gloria, mostró la decadencia de su estrategia, una videoconferencia con personajes como: Martha Perdomo Benítez, Berta Soler Fernández, Angel Moya Acosta, Camila Acosta Rodríguez, Wilber Aguilar Bravo, Laura Pollan, Oscar Elias Biset y Jenny M. Taboada, “representantes” de una “sociedad civil” que no representa a nadie. Seguro les estuvo pidiendo resultados porque ha invertido demasiado en ellos y apretado a nuestro pueblo sin conseguir su anhelo mayor. Sin dudas un mero circo montado para alimentar los titulares de la prensa anticubana y justificar más financiamientos. ¿Y qué consigue? Nada más que un eco vacío, un espejismo de “lucha” que se desvanece en cuanto se apaga la pantalla de la videollamada.
El mensaje de Rubio no fue para el pueblo cubano, que lleva décadas resistiendo bloqueos y presiones, sino para sus “cubanos favoritos”, esos que han aprendido a rentabilizar la retórica de la “Cuba libre” mientras posan para la foto en eventos patrocinados por la embajada.
Sin embargo, ese pueblo al que él dice “apoyar”, sigue lidiando con las consecuencias de sus políticas. En Cuba millones se enfrentan a un bloqueo recrudecido destinado a provocar más asfixia en medio de muchas carencias, y los que han emigrado como resultado de estas mismas políticas, sufren hoy amenazas de deportación e incluso de pérdida de la residencia si tienen vínculos con su país de origen.
Y como si este grotesco espectáculo no fuera ya lo suficientemente ridículo, Marco Rubio se vio envuelto en un escándalo que parece sacado de una comedia barata: Mientras Rubio se desgañita por su “Cuba libre”, alguien usó la IA para imitar su voz y engañar a otros funcionarios del gobierno. ¿Qué mejor metáfora para su cruzada? Una voz falsa, un apoyo falso, una “oposición” falsa. (Texto y Foto: Cubadebate)