La Habana, 16 jul.- Este martes, en su segunda jornada de trabajo, la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente del Parlamento cubano abrió su sesión con un análisis sobre los resultados del tercer perfeccionamiento de la educación y el Programa de Formación de Valores.
En el encuentro, que contó con la presencia de los ministros de Educación, Naima Trujillo, y de Cultura, Alpidio Alonso, se compartieron avances, líneas de acción estratégicas y hallazgos derivados de las comprobaciones realizadas por los diputados en sus territorios.
La presentación del Ministerio de Educación estuvo a cargo de Silvia Navarro, directora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP), entidad que ha guiado la transformación educativa durante el perfeccionamiento.
El ICCP ha promovido una visión renovadora del sistema educativo cubano, incorporando dimensiones que abarcan desde la formación en valores hasta la enseñanza de la historia con un enfoque integrador y contextualizado.
Uno de los conceptos claves abordados fue el fortalecimiento del papel de la escuela como centro cultural, con una perspectiva creativa que promueve la articulación de todas las influencias educativas en el entorno comunitario. Esta concepción prioriza el vínculo entre cultura, valores e identidad nacional, identificando a la escuela como agente coordinador en la transformación territorial.
Durante el próximo curso escolar, se prevé avanzar en la evaluación de los materiales educativos correspondientes al segundo grupo del perfeccionamiento.
En ciclos sucesivos, se abordará el tercer grupo, cubriendo así todos los grados de secundaria y preuniversitario y dos de primaria. Esta metodología posibilitará un estudio de corte amplio sobre la implementación y el resultado de los materiales didácticos.
Los resultados obtenidos han sido producto de un seguimiento sistemático que ha incluido visitas de inspección a instituciones educativas en La Habana, recorridos por 10 provincias como parte de la estrategia nacional, encuestas a docentes, directivos, estudiantes y familias, la participación en el estudio regional comparativo aplicativo (ERCE) y la implementación de cinco tipos de investigaciones orientadas a evaluar variables de procesos.
Los estudios han permitido rediseñar prácticas educativas a partir de resultados concretos, con indicadores que miden tanto el desarrollo pedagógico como efecto cultural.
Esta labor colectiva pone en evidencia la voluntad de transformar el sistema desde sus cimientos, con una mirada puesta en la sostenibilidad de la formación de valores y el fortalecimiento de la identidad cultural cubana.
A seis años de iniciado el proceso experimental del tercer perfeccionamiento de la educación, Cuba avanza hacia una sistematización más profunda con la introducción progresiva de nuevos materiales, la evaluación de prácticas pedagógicas y el fortalecimiento de valores en el contexto escolar.
La validación de los resultados ha contado con múltiples herramientas, entre ellas pruebas de aprendizaje aplicadas en diferentes niveles educativos; el desarrollo de habilidades socioemocionales como parte integral del proceso formativo; la implementación de guías para la revisión de documentos que han orientado la evaluación curricular y un corte de profundización realizado por el equipo de investigación nacional.
La realización de una encuesta nacional aplicada a estudiantes, docentes, familias y directivos ha permitido identificar patrones, fortalezas y áreas que requieren ajustes en la implementación de nuevas formas de trabajo.
A partir de los estudios observacionales, se concluyó que persisten estilos de dirección escolar que limitan la flexibilidad pedagógica y hay organizaciones educativas que aún no asumen un rol suficientemente protagónico ni participativo. Pese a los esfuerzos realizados, el trabajo en red entre instituciones educativas, actores comunitarios y autoridades territoriales no ha alcanzado el nivel deseado.
Se reconoce la necesidad de articular saberes, experiencias y estrategias bajo una lógica colaborativa que potencie la innovación en cada escuela como centro cultural.
Este perfeccionamiento no solo transforma contenidos y metodologías, sino que también coloca a la escuela en el epicentro de un proyecto cultural, social y ético en favor del desarrollo humano. (Texto y Foto: Cubadebate)