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La Habana, 5 de agosto de 1994, Malecón habanero, unidad, Revolución, Fidel Castro Ruz

Evocan trascendencia de acontecimientos del 5 de agosto de 1994


La Habana, 5 ago.- Cuba evoca hoy los sucesos del 5 de agosto de 1994 en el Malecón habanero, muestra de la unidad del pueblo en apoyo a la Revolución, con el liderazgo del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), apuntó en la red social X que hace 31 años elementos vandálicos alteraron el orden en algunas calles de La Habana, cuando en el país transcurría un período de dura crisis económica.

En su mensaje el dirigente partidista ponderó el legado de Fidel, quien acudió al Malecón al conocer sobre las protestas, y cuya presencia propició que se restaurara el orden.

Tras los sucesos del 5 de agosto de 1994, en una comparecencia, Fidel Castro afirmó: "No se pueden subestimar los valores morales que este pueblo ha acumulado ni su disposición a luchar. Y quien lucha vence; no hay nadie hoy, por poderoso que sea, capaz de derrotar a un pueblo decidido a luchar, a un pueblo que cuente con un número tan grande de combatientes y de revolucionarios como el que cuenta nuestro país. Estoy convencido de eso".

El diario Granma, órgano oficial del Comité Central del PCC, recordó este martes que en la génesis de los desórdenes, en la Avenida del Puerto se concentraron de forma inusual elementos antisociales, atraídos por los rumores de emisoras ubicadas en Estados Unidos acerca de la posibilidad de emigrar a través del mar, sin necesidad de trámites.

Según el texto, entonces abundaban secuestros de embarcaciones para viajar al “sueño americano”; el 3 de agosto tomaron La Coubre, y en la siguiente jornada, durante un intento similar, asesinaron al suboficial de la Policía Nacional Revolucionaria Gabriel Lamoth Caballero, de solo 19 años de edad.

Apenas transcurrieron otras 24 horas trataron de apropiarse, por segunda ocasión, de la lancha Baraguá, ya raptada el 26 de julio y recuperada más tarde; esta vez se lo impidieron y descargaron su ira en los municipios de La Habana Vieja y Centro Habana, con roturas de vidrieras, saqueo de comercios, agresiones físicas, incluso a la Policía, detalló el periódico.

Residentes de zonas cercanas manifestaron disímiles muestras de firmeza; trabajadores del Hotel Deauville -punto de unión popular para la contraofensiva-, el Hospital Hermanos Ameijeiras y el Contingente Blas Roca gritaban: “esta calle es de Fidel”.

Desde las 9:00 de la mañana, una avanzada de 300 miembros de esa última fuerza interrumpió sus labores en la edificación del hotel Meliá Cohíba para responder a la urgencia.

En las horas venideras duplicaron sus efectivos, desplegados desde el punto de salida de la lanchita de Casablanca hasta 23 y Malecón; entre las marcas del espanto, un constructor perdió un ojo y otros sufrieron fracturas de cráneo.

“Yo quería recibir mi cuota de piedras (…) uno quiere estar allí donde está el pueblo luchando (…); pero además, tenía el interés especial de conversar con nuestra gente, para exhortarla a tener calma, paciencia, sangre fría”, manifestó Fidel en su comparecencia en el centro de las agitaciones, ante su orden de guardar las armas de fuego.

De pronto la amenaza desapareció y solo se entonó el coro de su nombre, puntualizó el diario.

El 5 de agosto del siguiente año, las calles volvieron a estar llenas, pero con una energía distinta, gracias a la Marcha Juvenil contra el bloqueo estadounidense, añadió el rotativo, y concluyó citando al periodista Alberto Núñez, quien sobre los sucesos de ese día de 1994 sentenció: “el Malecón será siempre un sitio de amor y victoria”. (Fuente: ACN) (Foto: ACN)


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