Camagüey, 9 ago.- Un refugio donde la esperanza y el amor se entrelazan para ofrecer un ambiente seguro y acogedor resulta la casa de niños sin amparo familiar, ubicada en las inmediaciones de la Plaza de la Habana, en la Ciudad de los Tinajones.
Este hogar acoge poco más de 10 infantes que están separados del entorno familiar por diferentes causas, brindándoles un refugio y espacio donde se fomentan valores fundamentales para el desarrollo integral.
El colectivo se enfoca en crear un entorno donde prima el amor y el respeto, aquí los pequeños encuentran quien les brinda apoyo emocional y psicológico ayudándoles a sanar las heridas del pasado.
Margarita Díaz Díaz, directora de la institución, destacó que el objetivo fundamental por el que trabajan es que cada niño se sienta amado y valorado desde un ambiente positivo.
La directiva añadió que entre los pilares de la casa está la promoción de buenos hábitos alimenticios y de aseo personal; también disfrutan de variadas actividades asociadas a la etapa estival.
Además, se les enseña sobre la importancia de una buena higiene personal para contribuir a la salud física y reforzar la autoestima; en la formación de valores como la empatía, la solidaridad y el respeto hacia los demás, así como en la importancia de llevar una vida saludable y de cómo esto impacta en su bienestar general.
A través de actividades lúdicas, talleres y programas educativos los niños aprenden a ser responsables y a desarrollar habilidades sociales que les servirán en su vida futura, convirtiéndose en hombres y mujeres de bien.
La casa de niños sin amparo familiar de la Plaza de La Habana, en Camagüey, es un faro de esperanza donde con amor, dedicación y esfuerzo colectivo es posible transformar vidas y construir un futuro mejor. (Texto y foto: Zenia Donet García/Radio Cadena Agramonte)