La Habana, 10 ago.- La premier del documental dedicado a la triple campeona olímpica Mireya Luis sobrepasó las expectativas de quienes disfrutaron de este capítulo de los seis que componen la interesante serie Ruta ADN Cuba.
Una obra que lleva al espectador a conocer de la legendaria voleibolista camagüeyana, desde sus primeros años de vida en el batey de Aguilar, en Vertientes, donde nació el 25 de agosto de 1967, hasta develar su información genética de origen africano, eminentemente, y muchos más detalles que se funden en “su piel y sus células”.
Acompañada de las sublimes notas musicales de la pieza Mireya, hermana mía, que el pianista y compositor Frank Fernández dedicó para la ocasión a la hija de emigrantes haitianos, de quienes heredó potencialidades físicas que, en el contexto socio-cultural que las desarrolló, la condujeron a lo más alto del deporte mundial.
La menor de nueve hermanos, manifestó su agradecimiento al equipo realizador, encabezado por el reconocido director Alejandro Gil, el productor Milton Alvarado, y el director de fotografía Luis Alberto Ramírez.
También a la reconocida científica Beatriz Marcheco Teruel, especialista en genética clínica, quien lideró de forma espectacular la labor del grupo que tuvo a su cargo las investigaciones a los seis protagonistas de esta excepcional serie documental.
«Es un alto honor y, me siento privilegiada, de que personalidades de la cultura, el arte, el deporte y la ciencia me hayan acompañado en un día tan bonito», dijo emocionada.
«Agradezco que me acompañen en este momento que es un homenaje a mi familia, a los que me antecedieron, y desde la tierra doy las gracias a toda esa
generación que hizo posible que existiera una Mireya, que pondera jugar voleibol y ganar medallas para Cuba, la Isla más bella del mundo», manifestó.
Jit comparte criterios de una representación de los que asistieron a esta premier Ruta ADN Cuba.
Tania Ortiz, campeona olímpica de Barcelona 1996, y directora de la Escuela Nacional de Voleibol: «Lo disfruté y muy importante que nuestros alumnos hayan tenido esta vivencia; es bueno recordar de donde salimos, hay muchos atletas que al pasar los años se olvidan de donde vinieron. Mireya siempre recordaba a su pueblo de Aguilar, que pertenece a Vertientes, donde nací, porque también soy hija de campesinos».
Frank Fernández, pianista, compositor y pedagogo: «Mireya es una persona sumamente guerrera, pero sumamente poética, y eso fue lo que yo traté de hacer. No he visto los demás capítulos, pero este ha sido muy bueno y hay que contar con el. Un inteligente trabajo de Alejandro y su gran equipo».
Osvaldo Idel Martínez, presidente de la Federación Cubana de Voleibol: «Espectacular. Nos muestra el lado de Mireya sensible, la raíz, la educación que recibe, llevar consigo siempre el recuerdo de su niñez, sus vecinos, el lugar exacto donde nació y las vivencias de su entorno y la familia, tan importante en su formación. Extraordinaria toda la extensión genética que generó la investigación de su ADN, así como la realización y la música».
Raúl Rodríguez, chofer del Inder: «Representa un mensaje como yo hace rato no veía, tiene desde el punto científico una comunicación como de los sentimientos patriótico, familiar, de valores y de las fortalezas que necesita un ser humano para enfrentarse a la vida. Ojalá que en todas las escuelas del país pudieran pasar este documental, y porque científicamente hay una profundidad que muestra que en Cuba están preparados para llegar a donde quieran. Me llegó hondo también porque los de origen campesino y humilde conocemos de esos valores que se trasmitía en las familias».
Lenin Hernández, médico del equipo nacional masculino de voleibol: «Fascinante, la profundidad que pudieron lograr con el estudio. Conversaba con uno de los colegas médicos que nos puede servir de punto de partida en la selección de talentos, más en este momento de tantas privaciones económicas, y se concentrarían los esfuerzos. Tener un patrón como el de Mireya y de otros atletas y deportes, con tantos campeones que hemos tenido. Sería interesante.
Muy emotivo ver a Mireya como persona, humana, la desmitificó, destacó su origen muy humilde, pero con educación, apoyo familiar, fraternidad y siendo hija de emigrantes. Y nos acercó a Africa. Superó mis expectativas, vi algo sideral, y una felicitación especial a la doctora Beatriz, fue algo impresionante lo que pudieron lograr».
Los demás capítulos de la Serie ADN Cuba son dedicados al trovador Silvio Rodríguez, el actor Osvaldo Doimeadios, el pintor Roberto Diago, y los investigadores y escritores Zuleica Romay y Nelson Aboy. (Texto y Foto: Cubasí)