México, 8 sep.- Arropado por más de 180 mil personas y un mar de banderas palestinas, René Pérez Joglar, más conocido como Residente, convirtió este sábado el Zócalo de la Ciudad de México en un escenario de denuncia y resistencia cultural. Tras seis años de ausencia, el rapero puertorriqueño regresó a la emblemática plaza para reafirmar que su música es, ante todo, una herramienta de lucha social.
Desde los primeros versos de “Baile de los pobres”, Residente apareció con una sudadera que decía “Palestina libre” y, más adelante, invitó al escenario a un grupo de niños palestinos, quienes pidieron en español: “Alto al genocidio”. Un gesto simbólico que vinculó al público mexicano con la urgencia de denunciar los ataques en Gaza.
“Los gobiernos se mueven bajo presión y hay que presionar hasta que detengan el genocidio (…) La gente está muriendo de hambre y los están bombardeando”, declaró el artista, consolidando la dimensión política de su propuesta musical
El concierto también contó con la participación de Mujeres en Cypher, colectivo que abrió la noche con versos sobre violencia de género, y con la cantautora mexicana Silvana Estrada, quien acompañó a Residente en “Latinoamérica”, un tema que en el Zócalo retumbó como himno de unidad y resistencia.
Para sus seguidores, el poder de Residente está en que “siempre es político”. Desde Calle 13 hasta su carrera en solitario, sus canciones han denunciado el colonialismo, el racismo, la misoginia y, ahora, el genocidio contra el pueblo palestino. “Lo bonito de su música es que siempre es sentir el mundo: África, América y Palestina”, señaló una de sus fans.
El rapero también compartió un momento íntimo al interpretar “René”, canción donde habló de la depresión y recordó cómo México fue testigo de esa vulnerabilidad. La sinceridad con la que mezcla lo personal y lo colectivo refuerza la dimensión social de su arte.
Con clásicos como “Atrévete-te-te”, “No hay nadie como tú” y “Cumbia de los aburridos”, Residente cerró una noche que no solo fue un concierto, sino un acto de resistencia cultural. Desde el Zócalo, el rap se transformó en grito colectivo: “¡Palestina libre!”. (Texto y Foto: Cubadebate)