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Cuba, especies de anfibios bajo amenazas


La Habana, 9 sep.- Junto a la isla de La Española, Cuba se ubica entre los territorios del Caribe con mayor cantidad de especies de anfibios, todas clasificadas dentro del orden Anura.

En el caso del archipiélago cubano, se han contabilizado 71 especies de ranas y sapos, de las cuales 69 son nativas, lo que refleja un nivel de endemismo cercano al 95 por ciento, uno de los más altos de la región.

Sin embargo, el panorama para estos singulares animales no es alentador. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), alrededor del 70 por ciento de las especies cubanas de anfibios se encuentran incluidas en alguna categoría de amenaza, una cifra muy superior a la media mundial, que sitúa en poco más del 40 por ciento el nivel de riesgo para los anfibios a escala global.

Entre los factores que inciden en este delicado escenario se destacan los efectos del cambio climático, el aumento sostenido de las temperaturas, la disminución de los espejos de agua, la contaminación ambiental y la acción depredadora del hombre, que destruye hábitats naturales o elimina individuos de manera indiscriminada.

Por lo general, estos animales habitan en zonas rurales, en lugares cercanos a fuentes de agua, aunque algunas especies también se localizan en áreas urbanas, donde con frecuencia son víctimas de miedos infundados. Muchas personas, lejos de protegerlas o reubicarlas en ambientes abiertos, las matan sin justificación, cuando en realidad la mayoría de las ranas y sapos cubanos son inofensivos. Su aspecto peculiar y la sensación fría de su piel al tacto suelen despertar rechazo, pero nada de ello constituye un peligro real para el ser humano.

Los especialistas insisten en que educar a niños y jóvenes en el respeto y la conservación de la fauna autóctona es fundamental para garantizar la supervivencia de estas especies. Lejos de ser dañinos, ranas y sapos cumplen un papel esencial en los ecosistemas: regulan poblaciones de insectos, especialmente mosquitos, de los cuales consumen grandes cantidades como parte de su dieta.

Conservar la riqueza anfibia de Cuba no solo implica proteger un patrimonio natural de enorme valor biológico, sino también garantizar un equilibrio ecológico vital frente a los crecientes desafíos ambientales que enfrenta la isla. (Radio Reloj) (Foto: Tomada de Internet)


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