Camagüey, 18 oct.- La disciplina y constancia en el estudio le permitieron a Alejandro Rodríguez Zayas despedirse del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Máximo Gómez Báez de Camagüey, con una medalla de plata en la reciente Olimpiada Iberoamericana de Biología, en Colombia.
El certamen incluyó cinco exámenes, dos teóricos y tres prácticos, que exigían de cada participante una elevada preparación, que muy bien supo validar Alejandro.
No fue fácil, confesó, acudieron jóvenes muy talentosos, sin embargo, reconoció que en el apoyo de su entrenadora, familia y amistades, encontró excelente aliciente para materializar ese gran sueño.
En este tipo de eventos, consideró, se abre una gran puerta al conocimiento, tenemos la oportunidad de intercambiar criterios con representantes de otros países, perfeccionar habilidades y regresar con el orgullo de haber cumplido una meta personal.
Resultados como este no dejan de sorprender, ni estimular, ni mucho menos alegrar a Esilda Hernández Argilagos, quien por más de cinco décadas se ha dedicado no solo a impartir la Biología, sino también, a enamorar a los muchachos de esta hermosa ciencia.
Alejandro, de pocas palabras, modesto y dedicado por completo al estudio, es de los seis educandos camagüeyanos que prestigiaron al plantel desde la inclusión de la asignatura en certámenes internacionales hace ocho años, precisó.
Para nada fácil resulta la labor del entrenador de concursos, máxime cuando todavía el país necesita pulir más a los aspirantes en el área experimental, porque resulta ese uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan en competencias de alto vuelo, argumentó.
No obstante, destacó que la Psicología también acompaña la preparación, en tanto a cada talento hay que darle su justo valor y la confianza para que asuman con valentía pruebas muy complejas para las que aún se necesita dotarlos de mejores herramientas.
Y es que el estilo del concurso ha cambiado, de hecho, cambia constantemente, porque para estudiar la Biología también es necesario profundizar en otras materias como la Matemática, Física, Química y hasta la Informática, por eso Alejandro no solo resulta un máster de la Biología, también lo es en las ciencias, aseguró.
De su sacrificio y desvelo conoce bien Yadira Zayas Calás, quien compartió desde la distancia momentos de tensión y de regocijo por la medalla obtenida.
Resulta difícil describir con palabras tantos sentimientos encontrados, afirma, una madre que, tras la pérdida de su compañero de vida, tuvo que armarse de fuerzas para continuar adelante con la crianza de Alejandro y de su hermano menor Ernesto, diagnosticado con autismo.
Desde casa pude seguir la gala de clausura y resultó muy emocionante escuchar: "Alejandro Rodríguez Zayas, de Cuba, medalla de plata", sentí una emoción indescriptible, aseveró.
La pasión por la Biología despertó en el joven, justo cuando comenzó la etapa del IPVCE, porque tanto su padre como yo, nos inclinamos por la Medicina; él decidió ir más allá y adentrarse en el campo de la Biología.
Dermatóloga de profesión y trabajadora del Hospital Clínico Quirúrgico Amalia Simoni, explicó que siempre ha sido testigo del esfuerzo de su hijo, incluso en períodos vacacionales, durante los cuales muchas veces dejó a un lado los pasatiempos inherentes a su edad.
Concluyó para Alejandro la vida preuniversitaria y con ella un ciclo olímpico en el que dejó una huella, digna de inspiración para las nuevas generaciones de concursantes.
Comienza ahora un nuevo camino, en la Universidad de La Habana, donde cursará Bioquímica Pura, carrera que le fue otorgada por vía directa, a partir de la medalla de plata en la Olimpiada Iberoamericana de Biología.
Seguirá siendo el estudio su principal deber y lo dice con la certeza de que la profesión escogida no solo es una aspiración personal, también un compromiso con el desarrollo biotecnológico del país. (Yadira Nuñez Figueredo/ACN) |(Fotos: Cortesía de los entrevistados)