Amazonas, 23 oct.- La mirada de una mujer cargando una anaconda viva en sus manos se imponía la mañana del jueves, 16 de octubre, en el puerto de la ciudad Francisco de Orellana, más conocida como El Coca, en la Amazonia ecuatoriana. El cartel, que tenía esta imagen, colgaba de una embarcación de dos pisos, parqueada a la espera de sus pasajeros. A un lado, las letras negras en fondo naranja resaltaban no solo por su color, sino por lo que anunciaban: “Yaku Mamá, flotilla amazónica: de los Andes a la Amazonia. Rumbo a Belém a la COP30”.
La presencia de este barco en el puerto ecuatoriano marcaba el inicio de la travesía de más de 50 representantes indígenas y de organizaciones de toda la cuenca amazónica. Durante casi un mes, la flotilla viajará a través del río Amazonas y sus afluentes, hasta llegar a Brasil, para participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30), que se llevará a cabo del 10 al 21 de noviembre.
Este grupo recorrerá alrededor de 3 000 kilómetros, a través de cuatro países, en distintas embarcaciones, para llevar las voces amazónicas a las negociaciones más importantes para el futuro del planeta. “La flotilla es un espacio para compartir experiencias y reflexionar sobre temáticas que son discutidas en las COP y que históricamente se han abordado sin la participación de los pueblos indígenas”, explica Alexis Grefa, uno de los representantes de las juventudes ecuatorianas del pueblo Kichwa de Santa Clara, y parte del equipo organizador de la flotilla amazónica.
A sus 29 años, Grefa conoce de cerca cómo se llevan a cabo estas negociaciones, ya que ha participado en las COP previas de cambio climático y biodiversidad. En esta ocasión, al ser la primera vez que este evento se realiza en una ciudad amazónica, espera que las demandas de los pueblos indígenas, como el financiamiento directo, la transición energética justa, la eliminación de los combustibles fósiles y el respeto a la consulta previa sean tomadas en cuenta. (Texto y Foto: Cubadebate)