
La Habana, 22 nov.- Ante la compleja situación económica que atraviesa Cuba, se impulsa un Programa de Gobierno concebido para corregir las distorsiones que frenan el desarrollo. La Mesa Redonda de este viernes abordó los fundamentos, alcances y prioridades de ese programa, considerado por la dirección del Partido y el Gobierno como hoja de ruta para conducir al país en un escenario marcado por presiones externas, desafíos estructurales e insuficiencias propias.
Durante su intervención, el vice primer ministro y Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva Fraga, recordó que la génesis del documento se remonta a diciembre de 2023, cuando en sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz presentó un diagnóstico exhaustivo sobre “un grupo de distorsiones presentes en la economía y la sociedad”, así como las correcciones necesarias para reimpulsar el desempeño económico del país.
“A partir de esas proyecciones comenzamos a trabajar”, explicó Pérez-Oliva, quien señaló que el proceso se enriqueció con la participación de expertos y académicos. Ese intercambio permitió incorporar una proyección estratégica más amplia, lo que finalmente dio lugar al Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía. “Lo que tenemos hoy es resultado de un intenso trabajo colectivo”, afirmó.
El vice primer ministro añadió que en la concepción del programa se tuvieron en cuenta “múltiples planteamientos”, provenientes tanto del análisis institucional como de la interacción con sectores académicos y territorios. Subrayó que se trata del “hilo conductor del país para superar la compleja situación económica que enfrentamos”.
Según precisó, el punto de partida del programa reconoce la existencia de condiciones extremadamente adversas en los escenarios nacional e internacional. Recordó que Cuba continúa siendo un país sometido a un bloqueo económico “recrudecido sin precedentes”, en medio de una guerra económica sostenida que afecta los ingresos, los flujos financieros y la dinámica productiva.
El Programa de Gobierno está conformado por 10 objetivos generales, 106 objetivos específicos, 342 acciones y 264 indicadores y metas, todos estrechamente interrelacionados.
Entre los objetivos generales mencionó la implementación del programa de estabilización macroeconómica; la obtención de ingresos en divisas; el incremento de la producción nacional —en especial de alimentos—; el avance en el desarrollo de la empresa estatal socialista; el perfeccionamiento de la gestión estratégica para el desarrollo territorial; y el fortalecimiento de la gestión gubernamental.
Asimismo, incluyó prioridades relacionadas con la defensa y la seguridad nacional; la protección de los hogares en situación de vulnerabilidad; la aplicación de directivas para la prevención y reducción del delito, la corrupción y las ilegalidades; el programa de recuperación electroenergética del país; y la gestión de la ciencia e innovación, la comunicación social y la transformación digital.
Pérez-Oliva subrayó que “todos los objetivos generales del programa son temas de debate diario en nuestra sociedad”, y que se ha creado un sistema de trabajo para controlar su implementación. Informó que los avances y dificultades se presentan de manera sistemática al Consejo de Ministros y al Comité Ejecutivo, donde se aprueban nuevas acciones; además, la marcha del programa se discute en el Consejo de Estado, en el Buró Político y en el Pleno del Comité Central del PCC. Las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional también han incorporado criterios y propuestas de los diputados.
Entre los ejes transversales, el ministro destacó la necesidad de simplificar trámites, eliminar burocracias innecesarias y promover un cambio de mentalidad en las instituciones y actores involucrados. Aclaró que el Programa de Gobierno “no es un documento rígido ni inamovible”, sino que se enriquece permanentemente, incluso durante su ejecución, con nuevos aportes técnicos, territoriales y ciudadanos. Enfatizó, además, que se trata de un instrumento coherente con documentos rectores anteriores —como los Lineamientos de la Política Económica y Social— y que busca dar continuidad, desde la actualización, a las proyecciones del modelo socialista cubano.
Según explicó, uno de los indicadores más sensibles es la reducción del déficit fiscal, y aunque los avances aún resultan incipientes, existe una tendencia positiva. El ministro destacó que “casi todo este año hemos tenido una cuenta corriente superavitaria, algo que hacía años no ocurría en el país”, y precisó que hasta octubre se alcanzaban 40 mil millones de pesos de superávit. En sus palabras, este comportamiento muestra que el dinero que circula en la economía no exige emisiones monetarias por encima de lo previsto.
Sobre las medidas para eliminar o reducir subsidios, Alonso Vázquez señaló que, aunque están diseñadas, no se ha considerado oportuno aplicarlas en este momento debido al contexto internacional y a las tensiones económicas internas. “No es el momento, pues podría afectar la capacidad de compra de la población”, explicó.
El titular del MEP informó además que se ha perfeccionado el control de la política fiscal, lo que ha permitido detectar casos de evasión y subdeclaraciones. Paralelamente, la ONAT desarrolla un proceso continuo de actualización de sus procedimientos, con acciones de largo plazo destinadas a mejorar su funcionamiento y fortalecer la disciplina tributaria. (Texto y Foto: Cubadebate)