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Radio Cadena Agramonte emisiora de Camagüey

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La Radio en Cuba, facilitadora de la implementación de las políticas sociales


Por Sandra Martínez Sedrés*/ Radio Cadena Agramonte.
sandra@rcagramonte.icrt.cu


- Meridiano, de Camagüey, una muestra insignia en Cuba
- Expertos opinan
- En Cuba, ¡Democracia sí!

Locutores de la Revista Facilitación Social, Meridiano.La Radio en Cuba, como institución, constituye un medio a través del cual se genera comunicación pública;  su programación general, y fundamentalmente los espacios informativos, intencionan un tratamiento diferenciado de la información que afecta a la comunidad en su conjunto.


Es por ello que la Política Editorial de la Radio cubana se ajusta al concepto de Comunicación Pública que plantea: “forma social de comunicación en la cual la información se produce y distribuye por el recurso de sistemas de comunicación especializado en el manejo de la información que concierna la comunidad como un conjunto” .

Con un elevado reconocimiento y alta confiabilidad entre los cubanos, las emisoras del país –y en particular en Camagüey- mantienen como sistema de trabajo diario adquirir (a través de los reporteros y corresponsales), procesar (a través de sus redactores) y distribuir (mediante los diferentes espacios) las noticias que conciernen al interés de toda la población, según sus impactos y contextos.

En Cuba la radio cumple estrictamente sus funciones básicas (informar, educar y entretener) a través de toda su programación y -en el caso de los programas de facilitación social- se convierte en un recurso excepcional para las interacciones expresivas a todos los niveles de la vida social, propicia el intercambio de información para la satisfacción de las necesidades básicas humanas, individuales y colectivas.

La radio concebida como  “…un instrumento de educación y cultura popular y como una promotora de auténtico desarrollo…como todo medio de comunicación colectiva, tiene una función social que cumplir, un aporte que hacer frente a las urgentes necesidades de las masas populares…”; ello exige “…asumir el quehacer radiofónico como un servicio y como un compromiso con los pueblos”.

De acuerdo con lo anterior, un programa de radio de facilitación social que se proponga adentrarse en temáticas sociales -con un equipo de profesionales competentes y una línea de trabajo bien pensada y organizada-, puede devenir en facilitador del cumplimiento de las políticas sociales, si cuenta también, con una audiencia que interactúe, proponga e intercambie a través de la radio con las administraciones de cada territorio.

Para Ignacio López  Vigil “el primer desafío de una emisora con responsabilidad social es amplificar la voz del pueblo, y de esta manera legitimarla socialmente” .

Este mismo autor considera que trabajar para la comunidad con amor hacia las personas, con entrega, hace que una emisora gane popularidad. Abrirse a los oyentes aumentará la audiencia dejándose llevar por el público, hablando su lenguaje aumentan las  potencialidades de interacción con los oyentes. El estilo de vivir, de pensar, de relacionarse con su público hace que ese mensaje, ese programa, llegue a tener un alcance comunitario.


Sandra Martínez Sedrés,
Locutora y directora de
programas de Radio Cadena
Agramonte.

Meridiano, de Camagüey, una muestra insignia en Cuba

Acercarse a la comunicación comunitaria es una vocación social que en Cuba tiene como objetivo final contribuir al desarrollo de la población que será finalmente el desarrollo de la sociedad.

Por su parte, la Radio camagüeyana  -como expresión de los intereses, preocupaciones, motivaciones e inquietudes populares-, se convierte en un mecanismo insustituible de credibilidad para la gobernabilidad y para la práctica cotidiana de la democracia, como una forma nueva, diferente, pero reconocida de participación popular.

La concepción de participación relacionada con la facilitación social se materializa desde el momento en que el oyente sigue con atención y procura recibir información de esa fuente, y se convierte en asiduo receptor de ese espacio. A partir de la recepción del mensaje, se moviliza, se organiza, asume el papel de multiplicador de la idea recibida y promueve cambios en otras personas, conducentes, incluso, a la transformación social.

De tal manera participar en un programa de facilitación social –y pongo de ejemplo la Revista Meridiano, de la planta matriz agramontina- comienza desde que una persona (oyente o no del espacio) se comunica con este, expone su insatisfacción y propone una indagación al respecto, continúa con la intervención del equipo de realización en la gestión de la posible solución a la situación señalada y cierra el ciclo cuando los directivos o responsables de los servicios criticados explican la respuesta.

La culminación del proceso es aparente, por dos razones, una, el oyente que propuso el tema es atendido y replica la respuesta recibida y, por otra parte, personas con situaciones similares se sienten también atendidas o sin tener la insatisfacción pueden explicar lo ocurrido a otros que sí la poseen. Se cumple así la función orientadora del trabajo social.

En la facilitación social el valor del mensaje que promueve el debate como materialización de la participación popular  no está en la especialización sobre el tema ni en el empleo de la norma culta al hablar, sino en su contenido, en su fuente, que se convierte en emisor directo de la problemática. La radio es así la voz del pueblo.

La facilitación social forma parte de la programación informativa de una emisora y con ella se puede contribuir al desarrollo de un proyecto social. En el caso cubano, al hacer  que sus protagonistas puedan escucharse se logra la motivación de las personas y los destinatarios se apropian de las mejores ideas, en aras de la construcción de la equidad y la justicia social como principios básicos de la sociedad.

Las políticas sociales tienen un carácter concreto, de un lado usuarios, tipo de necesidad, problema, gestión, beneficio; y de la otra, organización del sistema, formas de financiación y tipo de respuesta. En este nexo, la radio -desde la facilitación social- aparece como mediador, intermediario entre ambos polos para, en la búsqueda del beneficio de los destinatarios, favorecer o promover un tipo de respuesta que satisfaga las necesidades de los llamados usuarios.

También como medio de prensa resulta más rápido intermediar en asuntos que suelen ser de complicada solución para el pueblo. Convertirse en árbitros -a solicitud de un oyente-, en busca de una solución, negociar, ser padrino, entrar en el conflicto, apoyar la causa del pueblo desde el punto de vista periodístico es una función válida, llena de responsabilidades que hace que los oyentes se sientan protegidos y a la vez confíen en la información que se trasmite.         

Todo lo anterior coincide con lo establecido por la Radio Cubana en el Manual de la Calidad  , al indicar que los programas de facilitación social deben ofrecer información que refleje el entorno socio-económico del territorio.

Pormenoriza así la relación oyente-programa como sello distintivo.

Se caracteriza también, por la variedad de secciones y temas con carácter utilitario para los oyentes de una zona, municipio o provincia, por ejemplo solicitudes de permutas y de compra-ventas, ofertas de empleo y avisos y secciones fijas como las dedicadas en este territorio a la cocina camagüeyana, la educación ciudadana y otras destinadas a dar a conocer los nacimientos y opciones para el ahorro energético.

Este tipo de programa también puede ofrecer un espacio para los mensajes entre oyentes con vistas a brindar facilidades de ofertas o servicios. Utiliza en sus secciones entrevistas, notas de orientación y divulgación.

Participan en estos programas divulgadores de distintas instituciones, e incluyen propaganda directa, además de utilizar los recursos sonoros en general.

Expertos opinan

Pedro Díaz González  , especialista en Arte de los medios de comunicación masiva de la Radio Cubana -quien se desempeñó por más de 20 años como Jefe de Programación en el país-, considera que “…la importancia del programa de facilitación social se presenta en dos dimensiones: primero, se enmarca en el provecho y utilidad que proporciona a los oyentes, ya sea de carácter individual o colectivo, brindando una ayuda directa en la vida cotidiana de la población.

“Y segundo, ofrece una opción para que los radio oyentes expresen preocupaciones, inquietudes y sugerencias sobre los diferentes servicios que prestan las distintas instituciones u organismos, lo que permite que funcione como un catalizador o mediador en el perfeccionamiento de la democracia, convirtiéndose en una emisión de asuntos públicos.

“En este tipo de programas los oyentes prefieren la información fresca, de primera mano, de forma tal que le facilite la toma de decisión inmediata o en el transcurso de los días. Por lo general la audiencia agradece este tipo de programa”.   

Para Guillermo Pavón Pacheco  , Vicepresidente para la Radio del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) “No hay duda alguna sobre la utilidad y la misión de las revistas de facilitación social; en este formato de programa radial se centra la más cercana orientación a la población de disímiles temas, sobre todo aquellos que posibilitan mayor calidad de vida, pues permite acercar la solución de problemas comunes u otros muy particulares.

“Tienen a su vez una alta dosis de credibilidad y son expresión de la confianza de la audiencia en nuestro medio, como mediador de procesos, ya sean comunicativos o de cualquier otra índole. No hay tema que no pueda ser tratado en este tipo de programa. Como condición indispensable está la cultura que posean sus conductores o locutores, pues son el puente propicio, los que dotan a la población de las herramientas necesarias para emprender tareas, resolver asuntos o enterarse de lo que es interés prioritario de difusión”.

Resulta evidente que tanto los criterios de los funcionarios, como lo valorado por estudiosos del tema, la radio –a través de los programas de facilitación social- asume funciones más allá de las inherentes a un medio de difusión, pues se convierte en facilitador, mediador y evaluador de la implementación de las políticas públicas y sociales.

El mal o insuficiente funcionamiento de servicios sociales que afectan la vida cotidiana de la población es seguido, denunciado y tramitado en correspondencia con los intereses de la población, sobre todo de aquella que más lo necesita.



En Cuba, ¡Democracia sí!

De tal manera, la radio adquiere nuevos valores que la colocan al lado de los que -siendo objeto de los servicios, como concreción de las políticas- deben asumir su función protagónica en las transformaciones sociales, para lo cual los programas de facilitación social, desempeñan un papel insustituible.

Mención aparte requiere la conducción de estos espacios, ya que las personas ocupadas en la tramitación de inquietudes, respuestas a los oyentes, gestión de soluciones y propiciar el intercambio con directivos, además de reproducir la voz del pueblo, precisa de una preparación que solo se adquiere a partir de una adecuada formación profesional, que incluye información actualizada, dominio de las políticas sociales, alto compromiso social y maestría en la comunicación interpersonal y colectiva.

Puede añadirse en este sentido que el conocimiento que el equipo de realización de secciones de facilitación social de la radio posea sobre los contenidos del trabajo social, se convierten en una herramienta muy valiosa para el logro efectivo de la gestión que se realiza para facilitar la implementación de las políticas sociales.

La intervención de la Radio en la búsqueda de soluciones a las insuficiencias señaladas por los oyentes, no se dirige a ahondar en las consecuencias provocadas por un servicio social  no brindado adecuadamente, su propósito está en delimitar causas y responsables de estas, para que públicamente, de inmediato y de manera convincente se explique y/o solucione la situación creada.

En el proceso de facilitación social que desempeña se asume que esta acción hace posible la prestación adecuada de los servicios a la población, y a la vez convierte al medio de difusión en orientador  porque con la información y gestión que realiza ayuda a la población  a practicar su derecho de integración, y a materializar su compromiso de contribuir al desarrollo social, con lo que amplía el espectro de participación popular a través de un saludable ejercicio del poder que en Cuba es realidad palpable, y que genera satisfacción en los oyentes por cuanto los incorpora de forma indirecta al control popular, a la evaluación de los servicios que recibe y a la aplicación de normativas y políticas establecidas.

Esta actuación hace que la Radio pueda calificarse como un agente de cambio porque, como institución, influye en los comportamientos, actitudes, ideas y decisiones de otras personas, grupos, o comunidades, en una dirección cuyo cambio considera deseable, posible o realizable.

Al integrarse directamente la voz del pueblo de forma protagónica al control de la implementación de las políticas sociales, la programación de facilitación social en Cuba dinamiza las potencialidades individuales y colectivas de los oyentes en el ejercicio de la democracia.


* Ms.c. Sandra Martínez Sedrés, Locutora y directora de programas de Radio Cadena Agramonte. Graduada en Estudios Socio-Culturales. Pertenece al Tribunal Nacional de Evaluación de Locutores y es miembro del Consejo Artístico Provincial en Camagüey.
Multipremiada en Festivales Nacionales de la Radio y en eventos de la filial agramontina de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Es profesora de  Instituto Superior de Arte de Camaguey, y de locución en la provincia.


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