Por Dayana Cardona González/Radio Cadena Agramonte.
Hace 65 años desde aquel 10 de diciembre de 1948 cuando la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó por unanimidad la Resolución de la Declaración Universal de Derechos Humanos, documento que en sus 30 artículos promueve y potencia el respeto por los derechos del hombre y las libertades fundamentales.
Entonces cabría preguntarse ¿Qué son los derechos humanos?
Pues son los derechos que poseen todos los seres humanos por igual, sin distinción de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color de la piel, religión, lengua, o cualquier otra condición.
Todos los seres humanos tenemos derechos a la vida, a la igualdad ante la ley y la libertad de expresión, a trabajar, a la seguridad social, a la educación, al desarrollo y la libre determinación; todos son indivisibles, interrelacionados e interdependientes.
En Cuba, tomando como principio lo expresado por José Martí -"Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre"-, desde el triunfo de la Revolución no se han dejado de defender los derechos humanos, especialmente los concernientes a la educación y los servicios de salud.
Aunque existe el bloqueo de Estados Unidos hacia nuestro país y éste nos ha afectado en muchos sectores, tenemos prerrogativas que otras naciones aún reclaman sin muchos resultados. Baste mencionar, por ejemplo, la atención médica gratuita, la preocupación y ocupación gubernamental por la madre desde los primeros meses de embarazo, lo cual trae aparejada una baja tasa de mortalidad infantil.
En Cuba cuando un ciudadano llega a un hospital se le atiende enseguida, no se le pregunta cuánto gana, ni si tiene seguro médico o tarjeta de crédito. Los medicamentos están al alcance de todos. Hasta los poblados más intrincados llegan los servicios de salud de alta calidad.
Gracias a los derechos que se garantizan en Cuba todos los jóvenes, y los que no lo son, tienen la posibilidad de poder superarse. Incluso estudiar ha sido una forma de empleo, mediante la cual miles de jóvenes han podido prepararse para luego ingresar a carreras universitarias. Eso es algo único en el mundo.
Igualmente si hay un niño que no pueda asistir a la escuela por alguna limitación física, los maestros van a su casa a impartirles las asignaturas. Y también para los que tienen otras afectaciones -como los sordos y los ciegos- existen especialistas de alto nivel que les imparten clases en centros especializados.
Aún cuando somos un país subdesarrollado y tenemos el bloqueo imperial afectándonos, vivimos libres y plenos. Accedemos a servicios básicos de manera gratuita, muchos de los cuales pueden ser comparados con los de grandes naciones.
¿En qué otro país del mundo se les da un aporte monetario a las madres que cuidan a sus hijos enfermos? En Cuba se hace con el fin de eximirla de su vínculo laboral y ayudar en la subsistencia del hogar.
Una nación asegura su futuro si atesora hombres y mujeres de bien, y en esto Cuba tiene un gran capital; y es ahí donde radica su mayor fortaleza.
Esa es la situación de los derechos humanos en este pequeño país, con un valor incalculable y a despecho de quienes pretenden ignorarla.