Por Dania Díaz Socarrás/Radio Cadena Agramonte.
Este domingo a las urnas de Cuba va otra vez el poder del pueblo y no de cualquier pueblo, no de quienes se escudan en esa palabra para buscar ganancias, sino de la mayoría que, sin más ganancia que su derecho, lucha con el mejor voto por un país mejor.
Hoy, a esa casa del barrio, a la escuela, allí donde están nuestros vecinos y nuestros niños, vamos nosotros, que somos de verdad todo ese pueblo del que tanto se habla, el que sabe que solo votando, después de nominar, puede ayudar a que su pedacito vaya un poco mejor.
En estos días he oído a quienes no quieren que le cambien al delegado, porque "pa' lo mala que está la cosa, resuelve bastante" dicen, y de quienes sí están "locos por que salga otro, para ver si arreglan eso que lleva años igual, que aunque sea poco a poco, algo se puede hacer"
Pues donde sean más los que quieran el mismo delegado, o uno nuevo, así será.
Y cuidado, que la mirada no se nos quede solo en el barrio, porque los tiempos actuales son de muchos cambios y esos representantes que escojamos serán también los que decidirán por nuestro municipio, un área a la que se le da ahora más protagonismo y que debe materializar la mayor autonomía que se le concede en la Constitución de la República y la Ley de los Órganos Locales del Poder Popular, que se aprobó el pasado año.
Tener más o menos soluciones en la cuadra, o luchar más por ellas, buscar mejores alternativas, dependerá del delegado que escojamos y depende de la calidad de los que hayamos propuesto, pues si la gestión del anterior era mala, ahora tuvimos la posibilidad y la responsabilidad de buscar personas más competentes para ir a las boletas.
Y si aún así nos equivocamos recordemos que también nosotros tenemos el derecho a revocar el mandato de quien no nos represente como debe ser, y el deber revolucionario de hacerlo para minimizar los daños de una mala representación.
Del mismo modo, los que elijamos hoy serán las posibilidades sobre las que se eligirá luego hasta la mitad de la Asamblea Nacional del Poder Popular y de ellos saldrá también la nominación de la otra mitad, o sea, que de la calidad de nuestras decisiones de este domingo, dependerá hasta la calidad del Parlamento que con su poder legislativo puede influir en que tengamos un mejor país, uno más parecido a lo que tú y yo queremos.
Como dijo el Comandante en Jefe Fidel Castro en 1991, en la clausura del X Período Ordinario de Sesiones de la III Legislatura del Parlamento: "Tenemos que seguir el mismo mecanismo. Primero, el pueblo postula a los delegados de circunscripción, después el mismo pueblo los elige".
Dos años más tarde dejó ver que su concepto de pueblo seguía en la base del proceso eleccionario al señalar que "si en otros lugares los partidos son los que postulan, aquí cualquier ciudadano de este país, mayor de edad —y son millones y millones—, puede proponer para que se postule a cualquier ciudadano, de los millones de ciudadanos de este país con derecho al voto", un claro modo de ilustrar la igualdad en la Revolución.
Esta construcción colectiva tiene defectos que dependen de nosotros, de errores nuestros, o de quienes tienen una determinada responsabilidad porque nosotros dijimos que no cuando nos la propusieron, o porque no propusimos al mejor.
En esta nación, que es más de todos cuando hacemos valer nuestros derechos, la de hoy es una de las más claras oportunidades que tenemos de asegurar que en el próximo lustro no tendremos que repetir las mismas críticas de lo que pudo evitarse, y de ayudarnos a vivir en una Cuba mejor si hacemos que el voto, nuestro voto de confianza, sea el más justo. (Foto: Humberto Cid/Radio Cadena Agramonte)
