De la calle peatonal República no voy a llover sobre mojado, porque avezados profesionales han reiterado lo que a diario allí acontece sin el mínimo de control estatal para evitar las reiteradas contravenciones del tránsito, de vehículos de todos los tipos que circulan en cualquier dirección exponiendo la seguridad de confiados transeúntes.
Al contrario a las advertencias periodísticas, alguien abrió el paso a las indisciplinas y quitó el cierre vehicular a la altura de la farmacia y República, y ahora motorinas, triciclos, motos, bicicletas... andan a todo desorden.
Sin embargo, en cuanto a la limpieza de la ciudad, una de las tres más pobladas del país, hay que decir que sus principales vías citadinas se barren todos los días: lo que acontece es que esa basura, recogida en excelentes equipos móviles, luego nutren los cientos de vertederos que, hasta en bocacalles, albergan a ratones, insectos y vectores disímiles muy dañinos para la salud humana.
Esas malolientes imágenes ocurren en el centro histórico de Camagüey y han sido denunciada por la propia población que, no pocas veces incurre en diversas indisciplinas sociales como echar donde quiera y sobre todo fuera de los contenedores, las bolsas de nailon y desperdicios sólidos que tupen cañerías y desagües... y qué decir de algunos barrenderos de calles que echan la tierra y otros sobrantes hacia los registros del alcantarillado e hidrantes?
La ciudad de Camagüey siempre se caracterizó por ser una de las más bellas y limpias del país, es tarea no solo de los trabajadores de comunales rescatar esos fueros, en primer lugar para hacer realidad el añejo dicho de que : “No es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia”. Entre todos podemos, empecemos por el control gubernamental en cada circunscripción, barrio, consejo popular… municipio y pongamos a las masas, a nuestros electores y sucesores jóvenes, adolescentes y niños, en la primera fila de la acción junto a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en los centros laborales enclavados en cada lugar, como bodegas y otras unidades comerciales.
Si hay mayor control administrativo y gubernamental, hasta el combustible deficitario para mover grandes recolectores de desperdicios amontonados a la vista de todos, que ahora coge otro destino y puede alcanzar mejor para sanear. No podemos cansarnos de denunciar y hacer para retomar realidades posibles de otros tiempos, para que nuestra hermosa urbe no enferme en medio de basureros pestilentes que pretenden asfixiarla desde afuera y dentro. (Rolando Sarmiento Ricart/Adelante Digital) (Foto: Archivo)