El embargo estadounidense a Cuba es un complejo entramado jurídico que incluye leyes y regulaciones que prohíben y regulan las relaciones económicas, comerciales y financieras con la isla.
Fue instaurado inicialmente en 1958 por la administración de Dwight D. Eisenhower, en respuesta a la venta de armas durante el régimen de Fulgencio Batista.
Desde entonces, el embargo ha variado en intensidad, afectando significativamente la economía cubana, limitando el uso del dólar en transacciones internacionales, restringiendo el acceso a créditos y dificultando la adquisición de insumos médicos y tecnología, incluso en áreas como la salud y la agricultura, inicialmente excluidas de las sanciones. A lo largo de los años, las restricciones se han endurecido y flexibilizado en diferentes momentos, por ejemplo en 1962 las medidas se fortalecieron durante la Crisis de los Misiles, pero posteriormente se relajaron en ciertos aspectos.
Las Regulaciones al Control de los Activos Cubanos (Cuban Assets Control Regulations), contenidas en el Título 31 Parte 515 del Código de Regulaciones Federales de Estados Unidos, promulgadas por el Gobierno de Estados Unidos el 8 de julio de 1963 bajo la Ley de Comercio con el Enemigo; se mantienen vigentes y afectan a todos los ciudadanos norteamericanos, residentes permanentes en Estados Unidos, independientemente de dónde estén ubicados, a todas las personas y organizaciones físicamente en territorio de Estados Unidos, y a todas las divisiones y subsidiarias de organizaciones norteamericanas en todo el mundo, su objetivo básico es aislar a Cuba económicamente y privarla del acceso a los dólares estadounidenses.
La violación de estas regulaciones implica la imposición de sanciones criminales que pueden llegar a ser de 10 años de prisión, multas de hasta $1000 000 en el caso de las corporaciones y $ 250 000 a individuos, además contemplan sanciones civiles hasta $55 000, así como la confiscación de propiedades, embarcaciones, fondos, valores y documentos involucrados en una violación del Acta de Comercio con el Enemigo.
La naturaleza extraterritorial del embargo desde 1992 ha llevado a sanciones contra terceros países que comercien con Cuba o apoyen a empresas cubanas subsidiadas. A pesar de estas restricciones, en la actualidad no está prohibida la venta de medicamentos a Cuba. La economía del país mantiene relaciones comerciales con diversos países, como China, España, Brasil, Rusia, entre otros. En el 2014, los gobiernos de Obama y Raúl Castro anunciaron un proceso de normalización de relaciones, que incluyó la reapertura de embajadas y la eliminación de Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
Con la llegada de Donald Trump en 2017, las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba se deterioraron notablemente. Trump anunció su intención de revertir las políticas de Obama y aplicó una serie de medidas, se contabilizaron más de 240 durante sus cuatro años de mandato; con el objetivo de reforzar el embargo y limitar aún más las relaciones con la isla. Estas acciones incluyeron restricciones a los viajes, las remesas y a las inversiones, en un intento por presionar al gobierno cubano y limitar su economía, en línea con una postura más rígida respecto a la política hacia Cuba, y, por si fuera poco la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo representó el punto culminante en el empeño de impedir cualquier proceso de avance y eventual mejora de las relaciones bilaterales. (Texto: Arleén Calvo Lacal/Radio Cadena Agramonte) (Fotos: Tomadas de Internet)