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Ray Ortega, artista, Solum Project, arte joven, Camagüey

Ray Ortega: Solum desde dentro (+ Fotos)


Hace tres años comenzó un viaje por el mundo del arte digital, pero en sus palabras “Toda la vida he estado interesado en crear”, Ray Ortega confirma que es un artista desde hace mucho tiempo y se ha ganado, con Solum Project, un merecido puesto entre la vanguardia del arte joven en Camagüey.

“Yo empecé por lo técnico y visual más que por lo artístico. Desde pequeño estoy familiarizado con programas de edición de fotografía y video, pero llegó un momento en que me sentía estancado y necesitaba más para poder expresarme. Esto me llevó al dibujo digital en 2021, veía tutoriales y dibujaba con el ratón de la computadora en Photoshop”.

¿Por qué el nombre de Solum Project?

Hay un proverbio asiático que dice que los seres humanos tenemos tres máscaras fundamentales: la que mostramos al mundo, la que mostramos solamente a nuestra familia y amigos, y la que tenemos cuando estamos solos. Y me gustó mucho eso porque quería que mi arte no tuviera ningún filtro. Entonces, busqué en varios idiomas y finalmente lo traduje del latín y significa solo o soledad. Quiere decir crear de mí mismo hacia afuera, sin importar quién lo vea. Es lo más puro que puedo hacer.

¿Ray y Solum son la misma persona?

Casi siempre lo trato por separado. Hablo de Solum en tercera persona y lo asocio al pensamiento artístico y conceptual. Es mi herramienta para hablar de cosas realmente profundas que muchas veces se me hacen complicadas.

Al analizar sus dibujos, se puede observar la gran influencia del Surrealismo y sobre todo de artistas cubanos que también trabajan la manipulación fotográfica y el arte digital como Surrealistic Jota y Kevin Oramas. En cuanto a contenido, Ray afirma no crear para un público determinado, ni con la intención de mensajes sociales ni políticos. Su arte es un testamento de todo lo que es y ve en el mundo. Se adentra en temas tan filosóficos como el Yo, el Ser y el Amor y por supuesto esa soledad que todos llegan a sentir en algún momento.

¿Podrías definir a Ray en una palabra o frase?

Imparable -se ríe-, soy imparable.

El humor es parte importante de la personalidad de Ray Ortega y lo demuestra frecuentemente haciendo chistes sobre sí mismo. Desde su nacimiento padece una discapacidad llamada Miopatía Nemalínica que lo obliga a desplazarse en silla de ruedas. Mas comenta que esto no ha influido de forma negativa en su trabajo. “He crecido así, no es como una persona que vivió 30 años caminando y luego perdió esa habilidad. Es parte de mi día a día y lo afronto como tal”.

Este año ha sido el más importante hasta el momento en lo personal y para su proyecto. Gracias al Salón de la Ciudad donde ganó un Premio de la biblioteca provincial Julio Antonio Mella tuvo la oportunidad de desarrollar su primera exposición personal. Con la concepción e inauguración de Ecos del Hombre Espejo, las obras que antes solo tenían vida en el espacio virtual, salieron de la pantalla de forma masiva para que el público las conociera mejor y se interesaran por el artista detrás de ellas.

“Una exposición era algo que nunca había planeado porque más que nada quería sentarme a crear en base a un hilo conductor. Mis obras son muy diferentes entre sí, cada una tiene sus símbolos y estilo, y los temas también son variados. Cuando gané el premio pensé: ahora llegó el momento de poner en marcha este proyecto. Seleccionamos obras que ya tenía y por supuesto hice otras nuevas.

“Se hizo todo el proceso de curaduría y el montaje. Un proceso difícil en todos los sentidos, desde el presupuesto hasta la situación energética. Además de cosas que no me imaginaba que fueran importantes como la presentación al público, la inauguración y crear el ambiente con música. Ese día también hicimos un pequeño sorteo de tres obras en miniatura en busca de incentivar a las personas”.

¿Qué impacto han tenido estos premios en ti?

Diría que lo principal no es tanto la finalización, como el momento en el cual mi trabajo se asentó de alguna manera, se hizo físico, material. Tener un contacto real, ya no frente a una pantalla, es una manera de hacer terrenal todo lo que ha estado “flotando” estos años y me motiva a crear más.

Además del arte digital, Ray nunca se alejó de lo que fueron sus primeros intereses, la edición y montaje de videos; con varios amigos trabajó como editor en un cortometraje que presentarán a El Almacén de la Imagen próximo a desarrollarse en la ciudad. Además, en septiembre comenzó en la Universidad de las Artes ISA de Camagüey la carrera de Comunicación Audiovisual.

¿Qué temas te gustaría tratar en tus próximos proyectos audiovisuales?

Nunca pensé hacer un documental, me atraían los temas de ficción más cinemáticos, sin embargo, en la primera obra en la cual me vi envuelto fue, precisamente, un documental, que al inicio no pensé que me gustara tanto. Entonces quiero probar de todo, ahora mismo me interesan distintos tipos de cosas.

Desde su experiencia como artista, Ray comparte que lo más importante es hacer algo, lo que sea que disfrutes y puedas llevarlo hasta el final con tus ideales y pasiones de artista. “Si en algún momento tuviera que dejar de dibujar y crear por cualquier motivo, buscaría la manera de retomarlo, porque es algo que se me hace natural. No se trata de vender o que las personas lo vean, sino más bien de hacer para expresar y canalizar tus sentimientos”.

Ray y Solum, el artista y la obra, sean uno o dos versiones que conviven dentro de la misma persona, dejan claro que lo indispensable es explorar la creación en todas sus formas posibles y tratar de encontrarse en el camino para vencer a la soledad. (María Félix García Posada/ Estudiante de periodismo Adelante Digital) (Fotos de la autora)


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