La Habana, 2 dic.- Se acercó el yate a las costas de Las Coloradas y el primero en lanzarse al agua fue Fidel. El molesto mangle y el fango que hundían una y otra vez a los 82 expedicionarios no amilanaron a nadie. Era la mañana del 2 de diciembre de 1956. Y aunque el fuego enemigo los sorprendió temprano, nada impidió el rumbo verde olivo de la historia.
Cinco años más tarde, tras el triunfo de la Revolución y en homenaje al desembarco del Granma -sin duda una de las gestas más desafiantes de la lucha guerrillera-, surgieron oficialmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que han sido paradigma de disciplina, fidelidad, sacrificio y unidad para un pueblo también uniformado con su estirpe más gloriosa.
Misiones internacionalistas victoriosas, ejercicios militares estratégicos ante cada provocación del enemigo, creación de las Milicias de Tropas Territoriales y de un Ejército Juvenil del Trabajo, ser un cuerpo armado capaz de aportar a la economía sin descuidar jamás la seguridad de la nación, son apenas algunas huellas de las FAR, que hoy andan envueltas en otro combate trascendental.
En estos días de noviembre y diciembre han sido vitales sus pilotos, soldados, oficiales y cuanta escuadra o pelotón haya hecho falta para salvar vidas en medio de ciclones e inundaciones, así como en el acondicionamiento posterior de puentes, casas y ciudades. Es otro yate que se acercó, y como Fidel, al agua nos lanzamos todos, en pos de una Cuba más plena.
A las FAR, a su aniversario, a sus combatientes y trabajadores civiles y a todas sus epopeyas les debemos más que una crónica. Juntos seguimos la ruta de un país más preparado y convencido de que la primera forma de ganar cualquier guerra es tener la capacidad de prevenirla. (Trabajadores Digital) (Foto: Archivo)